Vida Festival 2022 (Masia d’En Cabanyes, 30/06 – 02/07/22)

The Avalanches (Foto: Christian Bertrand)
Soccer Mommy (Foto: Christian Bertrand)
Anna Andreu i Ferran Palau (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)
Miqui Puig (Foto: Ray Molinari)
Rodrigo Cuevas (Foto: Rafa Rubiales)
Rodrigo Cuevas (Foto: Andrea Silván)
Parcels (Foto: Christian Bertrand)
Balthazar (Foto: Clara Orozco)
The Avalanches (Foto: Christian Bertrand)
Eve Owen (Foto: Ray Molinari)
Cosmen (Foto: Andrea Silván)
Carlota Flâneur (Foto: Ray Molinari)
Carlota Flâneur (Foto: Ray Molinari)
Intana (Foto: Ray Molinari)
Mishima (Foto: Clara Orozco)
Mishima (Foto: Christian Bertrand)
Belle & Sebastian (Foto: Clara Orozco)
Homenatge a Pau Riba (Foto: Andrea Silván)
Shego (Foto: Christian Bertrand)
Cabiria (Foto: Ray Molinari)
Alt J (Foto: Eyesssence)
Black Pumas (Foto: Christian Bertrand)
Black Pumas (Foto: Christian Bertrand)
Black Pumas (Foto: Christian Bertrand)
Sports Team (Foto: Christian Bertrand)
The Bird Yellow (Foto: Christian Bertrand)

Hace un año el Vida se arriesgó a ser el primer festival post-pandemia, con todos los peligros y desventajas que eso comportaba. Superada la fase más cruda de la pandemia pero con el virus todavía presente en nuestras vidas, el festival de Vilanova i la Geltrú se permitió este fin de semana el merecido lujo de volver ya al 100% a su esencia, con un cartel con atractivos internacionales de primera linea combinados con artistas estatales y más de la mitad de su programación cargada de talento local. El bucólico entorno boscoso de La Masia d’en Cabanyes volvió a ser el emplazamiento de un evento que congregó a 30.000 personas en 3 jornadas, siendo esa una vez más una de las grandes virtudes del Vida: un festival cómodo, humano y perfectamente disfrutable, sin colas ni aglomeraciones, y con público casi exclusivamente local. Una auténtica maravilla, viniendo de lo que veníamos en el Primavera Sound.

Jueves 30 de junio

Anna Andreu (Foto: Rafa Rubiales)

No llegamos a tiempo para disfrutar una vez más de Marialluïsa, así que empezamos nuestro particular Vida 2022 con Soccer Mommy. Sophie Allison llegaba con disco nuevo bajo el brazo publicado 6 días antes (‘Sometimes, Forever’), y empezó el show con una inédita propuesta en solitario en las 3 primeras canciones, antes de que se le uniera su banda. En uno de los pocos solapes dolorosos de todo el festival, nos fuimos corriendo a mitad de concierto para poder disfrutar de nuestra queridísima Anna Andreu. Junto a la también queridísima Marina Arrufat, nos regalaron un delicioso show de bello atardecer entre pinos, dejando un mágico momento para el recuerdo. Acompañadas por la plana mayor de la familia Hidden Track y por muchísimo público (nos encanta que su enorme talento se esté haciendo cada vez más popular), repasaron las canciones del reciente ‘La Mida’ y del debut ‘Els Mals Costums’. Y también se les unió Ferran Palau para interpretar ese ‘Un Son’ que hacen conjuntamente en el disco.

Rodrigo Cuevas (Foto: Andrea Silván)

Otro de los momentazos del jueves (y del festival) nos lo regaló Rodrigo Cuevas. El asturiano presentaba su nuevo espectáculo, ‘Barbián’, y haciendo gala a la etimología, fue un show atrevido, desenfadado y un auténtico chute de aire fresco: es zarzuela, es cabaret o es, incluso, The Rocky Horror Picture Show llevado a lo cañí. Pícaro e ingenioso, ganándose a la gente desde el primer momento empezando el show entre el público o hablando en un catalán más que correcto, Cuevas nos dejó uno de los más gratos recuerdos de estos 3 días. No lo tenían fácil los Parcels ante tal demostración, y aunque lo australianos hicieron bailar y disfrutar a sus fans más fieles, su show cayó por momentos en la dispersión y la indefinición. Mucho más sólido fue el directo de Balthazar. Los belgas pudieron presentar al fin ‘Fever’ ante seguidores entregados y fueron todo clase, con esas canciones entre el soul y el funk de corte ochentero y un juego de luces muy vistoso. Nuestra última parada de la noche fueron The Avalanches. Han pasado 21 años desde aquella obra de orfebrería que fue ‘Since I Left You’, y el dúo australiano llevó al directo esa propuesta de mash-ups y recorta y pega, en un concierto/sesion en que la electrónica se combino con retazos de los Doors o los Beach Boys.

Balthazar (Foto: Clara Orozco)

Viernes 1 de julio

Eve Owen (Foto: Ray Molinari)

Empezamos el viernes quitándonos una espinita que llevábamos clavada desde hacía casi 3 años: Eve Owen, que aseguró emocionada que estaba tocando en uno de los lugares más bellos de su trayectoria. En ese entorno tan especial como es el escenario de El Vaixell (5 años han pasado ya desde aquél mágico show de Rosalía y Refree), la londinense presentó al fin las canciones de su debut producido por Aaron Dessner (‘Don’t Let The Ink Dry’) y también añadió canciones nuevas a su repertorio. En formato trío, la hija del actor Clive Owen hizo gala de una preciosa voz privilegiada, y aunque no tocó mi canción preferida (‘She Says’), nos regaló una versión de’ ‘Ceiling Gazing’ de Mark Kozelek. El joven talento femenino también estuvo representado por Carlota Flâneur, a punto de debutar en disco con ‘Uncertainty’.

Cat Power (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

La juventud dio paso a uno de los grandes nombres del festival (no entendimos por qué no tocó en el escenario principal…), y quizás también a una de las personalidades más singulares: Cat Power. Chan Marshall no permitió fotógrafos en su show, no paró de dar instrucciones al técnico de sonido, y combinó un vaso de vino con una infusión, en un concierto con momentos bellos pero que no acabó de despegar. Cayeron clásicos como ‘The Greatest’ o ‘The Moon’ (“¡mirad!“, nos dijo, señalando a la luna que salía en el cielo crepuscular), versiones de su último disco de covers como ‘Bad Religion’ o ‘Unhate’, otras canciones de su dilatada trayectoria como ‘Manhattan’ o ‘Metal Heart’, y también versiones previas como ‘Satisfaction’ o ese intenso final con el ‘Wild Is The Wind’ de una Nina Simone con la que comparte algo de ese carácter agreste e impredecible. Acabó repartiendo todos los setlists entre el público, ya fuera haciendo una bola y lanzándolos al azar, o diciéndole al chico de seguridad que se lo diera a tal persona o a tal otra. Entrañable, pero como bien comentaba un amigo, con algo de Gloria Swanson en la escena de la escalera de ‘El Crepúsculo de los Dioses’.

Mishima (Foto: Christian Bertrand)

Volviendo a la tierra, nos fuimos un rato a disfrutar del garaje canalla de The Parrots, que tuvieron que lidiar con problemas de sonido. Temazos como ‘Fuego’ o la versión del ‘Soy Peor’ fueron alguna de las canciones que sonaron. Nos fuimos rápido para pillar la segunda mitad del concierto de Mishima, uno de los más celebrados por el público local. Presentaban las canciones del reciente ‘L’Aigua Clara’, no se olvidaron de clásicos como ‘Qui Més Estima’, y con una propuesta sólida y una banda sin fracturas hicieron vibrar a la multitud.

Belle & Sebastian (Foto: Júlia Ruiz)

Y los grandes triunfadores de la segunda jornada fueron Belle & Sebastian. Los escoceses presentaban ‘A Bit Of Previous’, pero sabían perfectamente que los allí presentes queríamos clásicos (en algún momento Stuart Murdoch bromeó preguntando al público si preferíamos una canción nueva o una vieja. No hace falta decir cuál fue la respuesta…). Así que fueron generosos y provocaron cantos, saltos y bailes con esas maravillosas melodías twee-pop de ‘I’m A Cuckoo’, ‘Get Me Away From Here, I’m Dying’, ‘Another Sunny Day’, ‘The Boy With The Arab Strap’ o el bis con ‘Judy And The Dream Of Horses’. Y haciendo gala de una profesionalidad de perros viejos, buscaron la complicidad del público con los paralelismos de las situaciones de Escocia y Catalunya.

 

 

Sábado 2 de julio

Homenatge a Pau Riba (Foto: Andrea Silván)
La Ludwig Band (Foto: Andrea Silván)

Con las fuerzas ya flaqueando y una alergia de caballo (cosas que tenemos los urbanitas cuando nos sacan al campo…), nos tomamos con más calma la tercera y última jornada, y empezamos con el sentido y merecidísimo homenaje a Pau Riba, que tenía que tocar en el festival y nos dejó en marzo. Sobre el escenario de El Vaixell, los directores del Vida Dani Poveda i Xavi Carbonell pincharon algunas canciones de la larguísima trayectoria del cantautor galáctico, rematando la sesión, claro, con la preciosa ‘Noia de Porcellana’. Unos de los grandes herederos de Riba en la escena actual nos regalaron uno de los conciertazos del festival: La Ludwig Band ha consolidado en estos dos últimos años un show divertido, disfrutable y para todos los públicos, con esas canciones de letras costumbristas e irónicas sobre una base musical que bebe de clásicos como Bob Dylan. Y la segunda mejor banda de l’Espolla dio un auténtico espectáculo de canto, bailes patilleros, solos de piano e interacción con el público (Quim Carandell es uno de los frontman imprescindibles de la escena catalana actual), con temazos como ‘Ara Què La Passa (Monsieur Important)’, ‘Marta’, ‘Cançó nº8: Te’n Recordes’, o la apoteosis de ‘Jerusalem’ o ‘S’Ha Mort L’Home Més Vell De l’Espolla’, en que nos recuerdan que todos acabaremos bajo tierra (estuve muy tentado de plantarme en la primera fila con la camiseta de ‘Morirem Tots’ que llevaba de manera totamente casual, pero me acabé reprimiendo).

Black Pumas (Foto: Christian Bertrand)

Tras escuchar las primeras canciones de los mallorquines Da Souza, nos fuimos a avituallar y a ver a otro de los artistas que aún teníamos pendientes: Destroyer. Dan Bejar y su más que notable banda protagonizaron otro de los grandes momentos del festival, con un show sin fisuras y lleno de clase. A veces crooner, a veces clásico rock, a veces derivando al jazz o a la experimentación… pero siempre magnético, a pesar de su escasa interacción con la audiencia. Además de las canciones del reciente ‘Labyrinthitis’, también cayó algún clásico con olor a Lou Reed como ‘Times Square’. También había ganas de ver a los Black Pumas y su propuesta de sonidos clásicos soul que tanto dio que hablar con su debut de 2019. Eric Burton exhibió una voz y un físico privilegiados (¡espectacular salto desde el escenario para aterrizar ante el público al inicio del show!), y cuando se dio cuenta que al interpelar con “¡Hola España!” recibía una respuesta más bien fría de la audiencia, cambió inteligentemente (o quizás le asesoraron) al “¡Hola Catalunya!” con el que ganarse a la gente. Fue un show más que correcto en lo musical, aunque quizás le faltó algo de emoción en algunos pasajes, pero tuvo momentos de brillo con la versión del ‘Sugar Man’ de Rodríguez o, claro, el final con ‘Colors’.

Sports Team (Foto: Rubén García Torras)

Como era perfectamente previsible tras verlos en 2020 en La 2 de Apolo, el otro gran momentazo del día fue el bolazo de Sports Team. Liderados por el carismático Alex Rice (“llevo unos pantalones muy a la moda pero muy incómodos“, soltó), los británicos iban a venir el año de la pandemia a presentar su discazo de debut (‘Deep Down Happy’), pero acabaron aterrizando en Vilanova con el segundo trabajo a punto de publicarse (‘Gulp’ saldrá el 22 de julio) y tras su reciente paso por Glastonbury. Y como pasó en 2019 con Fontaines D.C. y el año pasado con Mujeres, el suyo era y fue el show de los pogos del festival de este año. Como para que no lo fuera, con temazos como ‘Fishing’, ‘Camel Crew’, ‘The Races’ o, por supuestísimo, esa ‘Here’s The Thing’ que desató la tormenta de polvo que aún debe residir en nuestros pulmones tras el alboroto de saltos cuerpo a cuerpo, cervezas volando, anarquía y liberación máxima. Enormes.

Alt J (Foto: Eyesssence)

Y también culpables, en parte, de que el show de Alt J se nos hiciera anodino y aburrido, viniendo de lo que veníamos. Y no es que fuera un mal concierto, pero quizás el show del trío británico habría brillado más a una hora más temprana. Al final remontaron algo el vuelo con los ya clásicos ‘Fitzpleasure’, ‘Left Hand Free’ o ‘Breezeblocks’, pero en general nos decepcionaron bastante. Por suerte, el Vida siempre regala oportunidades de redención, y la gran Eneida Fever DJ puso el broche que se merecía el festival, con una de sus habituales sesiones de vinilos con sonidos clásicos garajeros, soul, yeyé y pop francés sesentero. Eso y esa contagiosa energía de disfrutar viendo a alguien que se lo está pasando bomba. Y de eso se trataba…

VIDA 2023

Durante el festival, la organización confirmó ya los 3 primeros nombres para el Vida 2023, previsto entre el 29 de junio y el 1 de julio del año que viene: los londinenses Franc Moody (que ya nos enseñaron su funk bailable en el Secret Vida 2018), la también británica Alex Amor (joven valor de las afueras de Glasgow aún sin disco), y la viguesa dani, con su propuesta de pop urbano que se traducirá en un segundo disco en otoño. Este martes 5 de julio se ponen a la venta los abonos.

Escrito por

Rarito como un tema de Sonic Youth; me excito con el ‘Psycho’ de los Sonics; si me cabreo, Pistols, RATM, Sandré, riot grrrls o Los Punsetes; me ponen igual soul, r’n’b, ye-yé, garaje, punk, r’n’r, indie o brit-pop. De mayor quiero ser Patti Smith, Iggy o John Waters. Ateo hasta que conocí a PJ HARVEY. Fui negro en otra vida… y hago el impostor como periodista musical y deportivo en radio, TV, webs y revistas varias.

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