MGMT (Cruïlla de Tardor. Barcelona. 25/10/2018)

Rozaban ya las 21 horas cuando la confusión se empezaba a apoderar de un público cada minuto más ansioso por volver a ver a los autores de “Kids” sobre un escenario, tras 8 años sin pasar por la ciudad condal. Fue entonces cuando, previendo que no se trataría de un problema fácil de solucionar, la organización salió a llamar a la calma: un fallo en un ordenador impedía a la banda empezar el concierto a la hora acordada (20.30 h), pero advertían: ello no iba a impedir que se realizara de principio a fin.

 Un cuarto de hora después, vistiendo un gran sombrero de pico, salía al escenario uno de los músicos acompañantes de la banda. Bastó su extravagancia y unas cuantas notas de sintetizador imitando un clave barroco al más puro estilo Bach para confirmarlo: el concierto quedaba inaugurado.

 Con una gran acogida del público, “Little Dark Age” sería la encargada de romper el hielo seguida de “When You Die”: un buen comienzo para la banda que no tardaría en recurrir a sus viejos clásicos como “Oracular Spectacular”, que hizo a todo el Poble Espanyol a entregarse a la mítica y pegadiza melodía.

 Aspecto importante a destacar fueron las proyecciones que acompañaron a la banda durante todo el concierto. Haciendo justicia al imaginario visual de la banda, iluminaron el escenario de animaciones psicodélicas y elementos al más puro estilo Vapor Wave, como los que hicieron relucir su desapercibida “Alien Days”.

“No os esperabais asistir a una comedia, eh”, bromeaba el cantante tras subirse a una bici estática sobre la que pedaleando, tocaría y cantaría otra de los temas más sonados de este último álbum, “She Works Out Too Much”, seguida de la añorada “Weekend Wars” que en un gran acierto, decidieron desempolvar para este setlist.

Llegaba la hora entonces de sacar el repertorio más lento y menos popular, aquel que en cada concierto sirve de puente entre el primer bloque y la apoteósica parte final. Y es que, para esta última, no hubo mayor acierto que escoger “Electric Feel”, seguida de la ya consolidada “Me and Michael” y la tan esperada “Kids”, cuya melodía el público cantó hasta inundar por completo de energía positiva el “hivernacle” que acogía el evento.

Tras el buen sabor de boca que dejó “Kids”, el público se resistía a abandonar la peculiar instalación, y pedía con gritos, aplausos y silbidos que la banda volviera al escenario. Y lo hicieron por la puerta grande. “¿Quién toca la guitarra?” Preguntaba Andrew VanWyngarden antes de subir a una invitada sorpresa al escenario.

Instantes después, la joven desplegaba algunos acordes de guitarra mientras el resto de la banda recuperaba sus posiciones y se preparaba para el bis. Ella devolvió la guitarra sí, pero se resistió a abandonar el escenario y entregándose a la música, comenzó a bailar y derrochar toda su energía al ritmo de “TSLAMP”, acto que, preparado o no (nunca lo sabremos), desde luego le hizo ganar el calor y los aplausos de un público entusiasta ante la sorpresa. Por último “The Youth” fue la encargada de poner el broche final al concierto con el que la banda saldaba su deuda con el público barcelonés, que exprimía los últimos instantes del show pasando de mano en mano un gran pato de goma que el cantante lanzó haciendo prometer que tendría que volver a la banda.

Lo cierto es que quedaba más bien poco de aquella banda adolescente que en 2008 se subía vistiendo toalla, chanclas y gafas de sol al escenario de un Primavera Sound abarrotado. Pero no disgustó, ni mucho menos, ver la versión hasta ahora más madura de la banda que, con toda profesionalidad, supo defender ante el público asistente, su constante apuesta por la experimentación sonora y el pop como entes inseparables.  Un concierto más que satisfactorio.

Una vez más decimos, ¡Larga vida a MGMT!

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