Había expectación por ver al cuarteto de Boston, en una sala de Barcelona, aunque fuera de las dimensiones del Sant Jordi Club, puesto que no actuaban en un recinto similar desde el 1991, en la anteriormente conocida como Zeleste (Razzmatazz para los milennials). Cierto es que entre estas fechas habían visitado en diversas ocasiones la Ciudad Condal, siempre en el Primavera Sound (2004 y 2014), pero ya se sabe que la experiencia no es la misma.
Así pues, a un servidor no le costó aposentarse a pocos metros del escenario principal, rodeado de un público que mayoritariamente rondaba la cuarentena de años para arriba. Con un puntualidad británica, Black Francis, Joey Santiago, David Lovering y Paz Lenchantin iniciaron su único bolo en España con la versión instrumental de los Surftones ‘Cecilia Ann’, que también abre su álbum ‘Bossanova’ (curiosamente, esa fue la única pieza del mismo que tocaron, y sí, personalmente eché en falta que sonaran ‘Dig for fire’ y ‘Allison’). La guitarra acústica de Francis marcó después el inicio de una vigorosa ‘Nimrod’s son’, seguida de una no menos enérgica ‘Mr. Grieves’.
Entonces, con una antelación inesperada, cayó el clasicazo ‘Where is my mind?’. El sonido era óptimo, afortunadamente, y el juego de luces discreto pero muy efectivo. Al cabo de un par de temas sonó otra versión, el ‘Winterlong’ de Neil Young, seguido de una ralentizada ‘Wave of mutilation’. El primer tema de la segunda etapa musical de los Pixies fue el tranquilo ‘Greens and blues’, del denostado disco ‘Indie Cindy’. Afortunadamente continuaron con la joya que es ‘Here Comes Your Man’ seguida de la divertida ‘La la love you’ que cantó con maestría el batería Lovering.
Un poco más adelante sonarían dos piezas de su último disco, ‘Head carrier’, que en teoría venían a presentar: las discretas ‘Tenement song’ y ‘Talent’, que supusieron un pequeño bajón. A todo esto, Black Francis no había pronunciado ni una sola palabra entre composiciones (ni lo haría). Pero con una tripleta infalible: ‘I’ve been tired’, ‘Crackity Jones’ y una coreadísima ‘Isla de encanta’, las cosas volvieron a su cauce. Tras la tormenta llega la calma, y cayeron un par de temas nuevos reposados: ‘All the saints’ y ‘All I think about now’ (éste muy bien cantado por Lenchantin, que no hizo echar de menos a Kim Deal).
La traca final estaba por llegar: una versión extraña del ‘Planet of sound’, seguida de un demoledor ‘Gouge away’ y de un alargado inicio de ‘U-Mass’, acompañadas de un tridente de lujo: ‘Debaser’, Tame’ y ‘Hey’. El sueño húmedo de cualquier seguidor de los Pixies… Y, tras hora y media adrenalínica, los cuatro fantásticos se despidieron del personal, con una cara B inolvidable: ‘Into the white’, acompañada por una espesísima cortina de humo que hacía honor a su título.
De acuerdo, Francis podía haber sido un poco más efusivo y saludado al personal, pero el concierto que nos ofrecieron (celebramos la pronta recuperación del guitarrista Joey Santiago de una clínica de desintoxicación) fue antológico.
Enhorabuena Hugo. A Ignasi le va a encantar.