Qué nos dice… ANNA B SAVAGE

A finales de enero, el amigo, colaborador de Indie Lovers y redactor de Ruta 66 Rubén García me ponía sobre la pista del disco de debut de la británica Anna B Savage, ‘A Common Turn‘ (City Slang), 5 años después de su primer EP. Y fue de aquellos casos de darle al ‘play’ y caer seducido por las atmósferas barrocas y oscuras de uno de los discos que más me ha conmovido en lo que llevamos de 2021. Anna Calvi, Jeff Buckley, Antony & The Johnsons… pasaron volando por mi cabeza para rozar los surcos del vinilo, pero las canciones de la británica destilan una personalidad propia marcada por la singular voz de Anna y canciones que supuran emoción, dolor y dudas a partes iguales. En cuanto surgió la posibilidad de hablar con ella nos lanzamos de cabeza para mantener una interesante y divertida charla con la que echamos la tarde desde la cuarentena de un piso en Barcelona a la cuarentena de un piso en Dublín, donde ahora reside.

Anna B Savage

INDIE LOVERS: No sé si te crees ya que esto está pasando y que has acabado y publicado el disco…

ANNA B SAVAGE: Sí, todavía cuesta de creer y a una parte de mi cerebro le sigue costando comprenderlo, porque ha pasado mucho tiempo. Intento recordarme a mí misma que esto está pasando. Es divertido.

El proceso fue largo, han pasado 5 años desde tu primer EP. ¿Por qué ha sido tan largo?

Sí, pasé una época de autoestima muy baja, tenía muy poca confianza en mí misma. No me sentía capaz de escribir un álbum, y me puse mucha presión. Se me hizo muy duro y muy difícil intentar componer. Mi cerebro me decía que todo lo escribía era una mierda y que no lo publicaría. Tuve una ruptura difícil, y tras esa relación que acabó me sentía muy poca cosa. Me olvidé de quién era, de lo que me hacía disfrutar y de cómo me gustaba ser. Así que intenté reconstruirme y me pregunté: “¿Quién soy? ¿Qué me gusta? ¿Me gusta la música? ¿Los libros?“. Así que me empecé a escuchar música y leí un montón de libros. Y durante ese periodo escribí mucho, básicamente canciones, y empecé a intentar escribir este álbum desesperadamente. Sabía que en la industria musical es importante mantener el momento, y tras llamar la atención con mi EP inicial, me preguntaba cómo narices hacer para que continuaran fijándose en mi música. Después de un año, pensé que mi momento había pasado y nunca volvería, y poco a poco la gente fue dejando de prestarme atención. Y en parte eso fue bueno, porque a partir de entonces mi voluntad de hacer el disco era básicamente para mi. Fue ideal. Si lo hubiera escrito pensando en los demás no habría sido lo mismo. Tenía que probarme a mí misma que podía hacerlo. Hay un par de canciones del disco que se expandieron durante todo el proceso. La canción ‘Hotel’ la empecé a escribir cuando se publicó el EP, y acabé cambiando la letra el día que la grabamos. Y la estuve retocando durante 4 años. Muchas de ellas las iba trabajando y retocando, y hubo otras que salieron mucho más rápidas. Fueron mucho menos agotadoras (risas). Pero vaya, fue por eso que ha pasado tanto tiempo.

¿Entiendo entonces que ha sido un ejercicio de autoestima, y el disco es el resultado?

Sí, exactamente! Durante este tiempo mi manager dejó la industria musical, no tenía ningún sello ni nadie que me diera dinero. Tuve distintos trabajos en Londres, pero necesitaba escribir, componer y grabar el disco. Así que le di a Will (ndr- William Doyle, el productor del disco) todos mis ahorros y le dije: “por favor! Graba este disco conmigo!” (risas). Sólo para poder tenerlo. 

¿Sentiste presión después del que tu EP de debut tuviera cierta repercusión? ¿Sentiste un bloqueo por ello?

Sí, completamente! No es que fuera una locura, pero recibí atención. Y aún así, mi cerebro me decía que nunca más iba a hacer tan bueno tras aquél EP. O incluso pensaba que todo el mundo mentía, y que yo era una gran broma. Mi confianza estaba por los suelos, y no podía entender que la gente se interesara por mí. Pensaba que se equivocaban. Si decían cosas buenas sobre mí pensaba que se equivocaban. Y si decían cosas horribles, cosa que no pasó… si me hacían alguna crítica que no fuera tan positiva, entonces pensaba que tenían razón. 

Es increíble cómo los seres humanos podemos llegar a caer en estos procesos, cosa que nos pasa a todos y todas. Mirando el álbum desde fuera, uno puede preguntarse: “¿cómo puede ser que esta artista me esté diciendo que se sentía así y haya sido capaz de crear un disco tan bello?

Sí… cada vez que acababa una canción, pensaba que esa sería la última canción que completaría! No volveré a escribir ninguna canción nunca más (risas).

¿Cuál fue la importancia de William Doyle, tu productor?

Fue increíble. Yo sabía como quería que sonase el disco, pero no tenía ninguna herramienta para conseguirlo. Vi que hacía un post en Instagram diciendo que quería hacer más producciones y buscaba artistas para ello, y pensé: “Hostia, yo! yo! Yo quiero!” (risas)Trabajamos juntos con una canción y funcionó muy bien. Conocía a su banda, East India Youth, y sabía el tipo de sonidos que utilizaba y pensé: “este tipo puede darme esa otra parte del proceso que busco y yo no puedo conseguir. Sé cómo puedo conseguirlo, pero necesito estas herramientas”. Y sabía que él era la persona idónea para eso. Y lo que también me aportó fue alegría. Fue súper divertido trabajar con él. No estoy acostumbrada a trabajar con gente. Escribo sola, toco sola, hago las giras sola… todo lo hago yo sola. Es duro, y hay cosas que tienes que quitarte de encima y batallar contigo misma. En cambio cuando trabajaba con Will suponía ir a trabajar con mi colega, salir por ahí, hacer música que nos gustaba a los dos… era genial! (risas) Me dio todo eso.

Leí que decías que Father John Misty se había convertido en tu “padre musical”. ¿Cómo le conociste y cómo llegaste a tocar de telonera en su gira?

Yo estaba tocando de telonera para DM Stith, el productor de mi primer EP. Habíamos tocado en París y la gente de La Blogothèque nos vio y me dijeron que estaban buscando a alguien para abrir el show de Father John Misty al viernes siguiente. Me preguntó si quería hacerlo y yo me quedé… “SÍ!” (risas). Fui a París, toqué, y por supuesto pensé que había ido horrible, y que todo el mundo me odiaría, y bla, bla, bla… (risas). Sólo vi a Josh Tillman durante la prueba de sonido, pero no durante el concierto, y teníamos que irnos muy rápido así que no puede hablar con él tras el show. Unos meses después recibí un mensaje de mi agente preguntándome si quería unirme a la gira de Father John Misty para hacer de telonera! Y le dije “claro que quiero! (risas). Durante la gira un día se me acercó y me dijo que pidió que fuera yo quién le acompañara en el tour porque me había visto en el show de París y pensó que había sido increíble. Así que hicimos la gira juntos durante un mes y medio. Y también fue una gran alegría. De repente volvía a no hacer las cosas yo sola, y toda la gente que acompañaba a Father John Misty fue tan cálida, hermosa y maravillosa! ¡Parecía que estabas en unos campamentos de verano donde hacer nuevos amigos! Fue increíble! Sí, Father John Misty es mi padre musical. 

Tras todo este proceso tan largo, ¿has vuelto a escuchar el álbum? Y si es así, ¿qué sientes al hacerlo?

Lo he escuchado una sola vez desde que se estrenó a finales de enero! (risas). Mmm… se hace muy raro. No cambiaría nada. El hecho de que a nadie le importase y nadie estuviese escuchándolo, y que pagase yo para hacerlo a mi manera y para mí, me hace sentir muy orgullosa. También lo habría estado si hubiera tenido un contrato discográfico antes de hacer el disco, porqué significaría que alguien habría creído en mí. Creo que lo que más orgullo me provoca es haber pasado de todo ese proceso de falta de confianza a tomar una decisión tan drástica como dar todos mis ahorros para hacer un disco que nadie iba a escuchar. 

Otro de los temas principales del álbum son las relaciones tóxicas. ¿Sientes que has creado una obra de arte que puede serle útil a personas que estén involucradas en este tipo de relaciones?

Oh! Ojalá lo sea, pero pasé por un proceso largo y no creo que pensara que podría serle útil a alguien. Pero siempre es un consuelo sentir que otra gente pasa por lo mismo que te ocurre a ti. En este caso las letras son muy específicas. Hay gente a la que eso le provoca un rechazo, pero yo cuando leo poesía o escucho canciones que son así de concretas conecto más con la obra. Tienes una señales concretas que te ayudan a conectar. Yo me siento consolada cuando encuentro este tipo de señales que reconozco. Y aunque escribí todo esto para mí, si puede consolar a alguien sería realmente bonito.

Y otro tema del disco con el que puede pasar algo similar es el placer femenino. Leí tu entrevista sobre la masturbación femenina en The Line Of Best Fit’ y me pareció súper interesante. Me sigue costando entender que en 2021 temas como éste continúen siendo tabú para mucha gente, y cuando veo entrevistas como la tuya pienso “Menos mal! Por qué seguimos sintiendo tanta vergüenza por estos temas?

Sí, es raro. Y creo que hoy es menos tabú que hace dos años, o incluso uno. Creo que el confinamiento ha ayudado a entender el placer femenino. Hubo señales en la economía, como el aumento brutal de juguetes sexuales (risas), así que hubo gente que vio que no podían seguir ignorando el tema. Las mujeres, la gente con clítoris, están comprando objetos sexuales. ¡Es muy interesante! Quizás de aquí a unos años vuelva a leer la entrevista y me diga a mí misma: “¿por qué narices fui tan abierta? (risas). Y no sólo con el placer femenino, sino con todos los otros temas del disco. Pero ahora mismo veo que sentí tanta vergüenza durante tanto tiempo que cuando se convirtió en rabia y enojo, decidí que no quería seguir sintiéndome así. Quiero escuchar lo que mi cuerpo me dice, quiero saber lo que encuentro, quiero expresarme, quiero conocerme… creo que ese enfado expulsó la vergüenza. Todavía siento bastante vergüenza, pero todo eso me impulsó a querer hablar de ello. 

Seguimos encarcelados por la educación que nos dieron…

Exacto! Y esa educación que nos dieron sobre las mujeres fue acerca de la reproducción, nunca acerca del placer.

¡No sé si es por ello que decidiste regalar vibradores con alguna de las ediciones especiales del disco!

Cuando fiché por el sello City Slang, gente a la que adoro (nrd- hace el símbolo del corazón), les escribí un PDF muy, muy largo con un montón de ideas que podrían ser buenas como merchandising, colaboraciones, imaginería… la lista más larga que puedas imaginarte! Pobres! (risas)…

…puedo imaginármelo, viendo la lista de agradecimientos que haces en el arte interior del vinilo! (risas)…

(risas) Exacto! Soy muy poco concisa (risas) La cuestión es que les escribí esta lista, y una de las propuestas eran los juguetes sexuales, vibradores, o lo que fuera. Así que estábamos pensando algo para la versión del disco de la tienda de City Slang. Y creo que fue Simon, del sello, que recordó lo que había puesto en mis notas y propuso lo de los vibradores. Y yo pensé que era una gran idea, y enseguida tuve claro qué tipo de vibrador funcionaría, pequeño, de precio razonable. Inicialmente quería que hubiera algunas letras de disco ribeteadas en los vibradores, pero al final pensé en poner simplemente mi logo, que diseñé en 2014 más o menos. Está basado parcialmente en un clítoris, y también en el símbolo de la anarquía. ¡Está basado en varias cosas! (risas). Así que pensé que sería muy festivo poner el logo en los vibradores!

Anarchy In The UK, 2021!

Sí, exacto! Anarquía del placer sexual! (risas)

Otra cosa que leí por ahí que me pareció interesante y divertida y quería saber con más detalle de tu boca: dices que tus métodos son de “asesina en serie literaria”…

Sí, leí una entrevista con Lorde que explicaba que cuando estaba componiendo escribía las letras y las enganchaba en la pared para comprobar que no se olvidaba nada. En mi educación me enseñaron a escribir ensayos y a hacer trabajos académicos, y me pregunté por qué seguía tratando la música simplemente como un hobby y no lo hacía de manera adecuada. Así que decidí que cuando tuviera todas las canciones, imprimiría las letras y las engancharía en la pared, destacando con códigos de colores lo que tuviera que ver con pájaros, lo que tuviera que ver con placer femenino, etc. Hice una lista de temas que quería que estuvieran en el disco, dibujé lineas para conectar los temas que quería mencionar. Tenía tantas cosas que decir (y la sección de agradecimientos es un buen ejemplo) y no me quería olvidar nada. Así que pensé  que la única manera que tenía de hacerlo era mediante esta estrategia clásica tan de asesinos en serie (risas). Ocupó literalmente toda una pared de mi dormitorio, parecía una asesina en serie… 

Otra cosa que me gusta del disco es tu manera de cantar, como si fueras una cantante de ópera. Tengo entendido que tus padres son cantantes clásicos. No sé si han sido una influencia para ti en este sentido…

¡Es interesante! Realmente no lo sé… he estado pensando en ello. Creo que en parte sí que viene de mis padres. Nunca entrené esta manera de cantar, pero siempre les veía en los ensayos, durante toda mi infancia, porque no tenían donde dejarme y me llevaban con ellos y me quedaba en la sala de espera o en el auditorio, o les acompañaba en sus sesiones de grabación. Así que supongo que algo de eso se me quedó. Mi principal ‘profesora de canto’ fue Ella Fitzgerald: escuchaba sus CDs e intentaba copiar todo lo que ella hacía. Y otra influencia son los musicales (risas). ¡Adoro los musicales! Cuando tenía 13 años, mi profesor de canto en la escuela ponía canciones de musicales para que practicáramos. Así que creo que es una combinación de todos estos elementos: jazz, música clásica, musicales… porqué es melodramática (risas). Pero no lo hago a propósito, si es que eso tiene sentido. Me sale de manera muy natural, y creo que es una acumulación de cantos emotivos. ¡Y además, es divertido! Cantar sin dinámicos, sin cambios en la melodía… si quiero cantar una nota, quiero que sea excitante y quiero cantarla muy lentamente y hacerla grande.

¡Me gusta especialmente esa combinación de susurros y subidas! Arriba, abajo! Arriba, abajo! (risas) 

¡Exacto! Es divertido para mí, lo disfruto.

Cuando te escucho, pienso en 3 artistas por los que te quería preguntar. No sé si te gustan , si son una influencia también para ti, si ni tan siquiera les escuchas… el primero, y relacionado con lo que hablamos de tu forma de cantar, Antony Hegarty, de Antony & The Johnsons…

La verdad es que no le suelo escuchar. Conocía aquella canción del disco ‘I Am A Bird Now’… ¿cómo se llamaba? Aquella que decía “Hope there’s someone who will take care of me…‘.  Cuando tenía 18 años alguien me la envió para que hiciera una versión, pero lo cierto es que no le he escuchado demasiado. ¿También estaba en Hercules & The Love Affair, verdad? 

Sí! ¡Y en Anohni!

Sí! También conocía una canción, pero la verdad es que no le he escuchado. Pero hay más gente que me lo ha dicho.

¿Y Jeff Buckley?

Jeff Buckley es uno raro. No le había escuchado hasta que salió mi EP y mucha gente empezó a decirme que le recordaba a Jeff Buckley. Así que me pregunté “¿quién es este tipo?” y me puse a escucharlo (risas). Y me hizo sentir también extrañamente insegura, porque pensé que cómo me podían comparar con él si había hecho ese disco tan increíble… y pensé que nunca podría hace algo así, porque es excepcional.

Y por último, ¿Anna Calvi?

Otra vez, no he escuchado a Anna Calvi… (risas) ¡Lo siento! 

(risas) ¡Qué va! ¡Si me parece fascinante!

Conozco 4 o 5 canciones suyas. Cuando iba a la universidad me gustaba mucho ‘Suzanne And I’. Y su último disco… ¿’Hunter’? He escuchado algunas canciones de ese álbum, pero no con atención. 

Pero es realmente curioso y fascinante el funcionamiento del proceso creativo, y como alguien que no ha escuchado repetidamente a unos artistas puede haber creado una obra que, personalmente, me recuerda tanto a ellos…

Sí, cierto.

Quería preguntarte también por tus videoclips. La música y las letras son muy poéticas, pero también los videos lo son, y generan una atmósfera y un universo propio muy personal. Supongo que eso es algo importante para ti también… intentar atrapar el espíritu de tus letras y plasmarlo en imágenes

¡Sí, completamente! Cuando empecé a hacer los videoclips para el disco, pensé que esa era otra manera en la que me podía expresar. Tenía disponible una paleta completamente nueva e impresionante. Y encontré un colaborador increíble en Jem (ndr- Jem Talbot, director, y también su expareja), que hizo el videoclip de ‘A Common Tern’, y el de ‘Baby Grand’, y me ayudó también con el de ‘Chelsea Hotel #3’. Y también hice con él una película que saldrá este año. Supuso tener un nuevo lenguaje, una nueva manera de expresarme. Fue muy emocionante. Es raro porque nunca me había visto así a mí misma, ¡pero me gusta hacer cosas nuevas! Y los videoclips también son parte de ese proceso. También se implicó muchísimo Carolina (ndr- Carolina Aguirre, directora argentina) con la que hice el video de ‘Dead Pursuits’, y  en ‘Corncrakes’, aunque yo no salía en estos dos últimos. Creo que tiene que ver nuevamente con el proceso de darme cuenta de que tengo opiniones propias. Es mi obra, así que puedo decir lo que creo, y la gente no se enfadará conmigo (risas). Pero sí, tener un nuevo lenguaje es muy emocionante.

Unas pocas cuestiones más para acabar: explícame tu pasión por ‘The Rocky Horror Picture Show’ y Tim Curry…

Básicamente, ‘The Rocky Horror Picture Show’ fue la primera vez que sentí algo sexual por alguien (risas). Cuando iba a la universidad la veía cada año y me disfrazaba de Frank-N-Furter. Adoro la película: es un musical, es histriónica, es dramática, es rara, es sexy… menos Brad y Janet, todos los personajes son sexualmente activos y abiertos. Y supongo que hubo algo en mi que se preguntó: “¿Cómo? ¿¿Está permitido hacer eso??” (risas). ¡Es salvaje! Y la música también es increíble, Tim Curry está impresionante, y Susan Sarandon también… me gustan todos. ¡Los adoro!

Y quería preguntarte también por la versión que hiciste del ‘Always On My Mind’, me encanta! ¿Cómo sucedió?

Gracias! Fue cosa de mi amigo Matt (ndr- Matthew Stevens), que toca la guitarra en la canción. Estuve en una residencia musical en Canadá, y él era uno de los profesores y le enseñé demos de mis canciones. Creo que toqué ‘A Common Tern’, que en ese momento me parecía la demo más floja, y le dije que me parecía que había algo en esa canción pero no sabía cómo hacerlo visible. La toqué y me dijo: “Joder! Me encanta!“. Y sentir la confianza de alguien que me parecía tan admirable fue increíble. Me dijo que teníamos que hacer algo juntos, y estuve completamente de acuerdo, aunque en mi cabeza creía que lo decía por quedar bien pero eso nunca pasaría. Y al principio del primer confinamiento me dijo si quería hacer alguna versión juntos y que le encantaría trabajar conmigo. Le dije que no sabía ni cómo grabar, pero que podía intentarlo. Así que me compré este bonito micrófono SM 7B (ndr- me lo enseña orgullosa, entre risas de ambos), ya que pensé que tenía que comprarme uno bueno. Y nos empezamos a enviar cosas mútuamente: una linea de guitarra, el tono de la canción, varias tomas de la parte vocal… ¡fue adorable! 

¿Tienes otras versiones en mente?

¡De momento no, pero me encantaría!

¿Y tienes planes de gira? Porque con esta situación de pandemia mundial se hace difícil…

Sí, hay una gran gira planeada para octubre-noviembre, pero ya veremos si podemos hacerla…

¿Volveréis a Barcelona, tras tu paso en el Primavera Club de 2016?

Mmm… ¡pues ahora mismo no recuerdo si Barcelona estaba en el tour! ¡Déjame comprobarlo! (ndr- lo consulta en el ordenador) Sería muy emocionante para ti si lo encuentro en tiempo real! (risas)

(risas) ¡Sin duda! Cuando viniste al Primavera estaba por allí pero admito que no sabía quién eras…

¡Yo tampoco sabía quién era yo misma! (risas)

Me pasa lo mismo: creo que sigo sin saber quién soy a día de hoy… (risas)

Creo que estoy cerca de encontrarlo. Es mi problema. Me parece que sigo creyendo que la gira no va a pasar… (risas) Oh! Me temo que Barcelona no está de momento en el tour… 

Oh! Tienes que hablar con City Slang y arreglarlo… (risas)

¡Sí, lo haré! (risas)

Y antes de poner fin a la charla, le pregunto por curiosidad si ha escuchado algo acerca del caso del encarcelamiento de Pablo Hasel y las manifestaciones de protesta derivadas de todo ello y se queda alucinada, sin creerse que hayan podido meter a un artista en prisión por unas canciones o unos tuits. Supongo que tiene la suerte de vivir en una país donde hace más de 40 años los Pistols se metían abiertamente con la reina, o donde se hicieron canciones celebrando la muerte de Thatcher, y no pasó nada. Lo que pasa en las democracias de verdad, vaya…

Escrito por

Rarito como un tema de Sonic Youth; me excito con el ‘Psycho’ de los Sonics; si me cabreo, Pistols, RATM, Sandré, riot grrrls o Los Punsetes; me ponen igual soul, r’n’b, ye-yé, garaje, punk, r’n’r, indie o brit-pop. De mayor quiero ser Patti Smith, Iggy o John Waters. Ateo hasta que conocí a PJ HARVEY. Fui negro en otra vida… y hago el impostor como periodista musical y deportivo en radio, TV, webs y revistas varias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *