Molly Nilsson (Sala Upload, 08/05/22)

Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)
Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)
Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)
Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)
SDH (Foto: Jordi Trenzano)
SDH (Foto: Jordi Trenzano)

Hay algo en Molly Nilsson que remite irremediablemente a los descubrimientos “indie” de la adolescencia pre-internet. Pueden ser esas portadas de geometría blanquinegra, el tener que irse a rincones recónditos para descubrir su música (solo en los últimos 2-3 años ha incorporado sus discos a Spotify) o saber que sus fans son una comunidad que va más allá de lo musical.

Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)

Porque de otra manera no se percibe un éxito tan especial e íntimo en una Sala Upload repleta, casi doblando el público que en esta misma sala lograba en 2018 o un año más tarde en la 2 de Apolo. La ocasión lo valía, ya que venía a presentar “Extreme”, una magnífica colección de canciones donde a lo grácil de sus arreglos y el sentimiento de sus letras (con sus dosis de compromiso y mala leche) añade visitas a terrenos noise (‘Absolute Power’) o incluso dub, caso de ‘Obnoxiously Talented’. Tocó prácticamente todo el disco, Con su habitual “set up” basado en un pendrive, un cd y a correr. Si lo hacen nuestros admirados Sleaford Mods, ¿por qué no Molly?

Después de un periodo de “Extreme” que acabó con una apabullante ‘Pompeii’, empezó a rescatar “hits” tan pequeños como especiales: ‘Gun Control’, ‘A Slice of Lemon’, ‘Money Never Dreams’ o un final con ‘1995’, un tema triste y catártico empezado por uno de los arranques líricos más gloriosos de la era reciente: “Windows 95 / Tu ya no existes pero yo sigo viva”. Pero el punto álgido llegó justo antes, con un inesperado regreso a ‘I Hope You Die’, un antológico anti-himno amoroso que cantó con una mera base en mp3 y que fue su visita más lejana, a “History” (2010). En su anterior visita a Upload dijo no tocarla ya que “Mucha gente ha muerto por esta canción”. En 2022, pareció devolver a la vida a una sala llena a rebosar.

Molly Nilsson (Foto: Jordi Trenzano)

En los últimos años, las visitas de Molly Nilsson a Barcelona han significado un doblete con SDH o lo que es lo mismo, Semiotics Department of Heteronyms. La inercia de llamarlo el proyecto de Andrea P.Latorre y Sergi Algiz de Wind Atlas empezaría a ser injusta ante uno de las propuestas más personales de la electrónica barcelonesa. Una combinación de beats oscuros, letras elaboradas y al mismo tiempo un particular sentido dramático en su directo. Ciertamente servidor les ha visto más a gusto en otros directos, pero por atmosfera y bailes sus conciertos son siempre una celebración.

SDH (Foto: Jordi Trenzano)
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Con 17 años The Smiths me introdujeron en “lo diferente”, whatever that means. Pasaron los años, pasaron Joy Division, Belle & Sebastian, Burt Bacharach, Hefner y muchos otros y algún trabajo relacionado con el mundo de la música. Tras un parón, me he dedicado estos últimos años a hacer fotos en conciertos de manera casi compulsiva y ahora vuelvo a escribir. Y voy mucho al cine.

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