Lucy Dacus (Sala Wolf, 06/09/22)

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Por qué una artista de la talla de Lucy Dacus no llena una sala pequeña como la Wolf en Barcelona es todo un misterio, pero para quien la conoce o para quien la descubre (y ya son unos cuantos a los que arrastro y que acaban embelesados), es una gozada y una bendición poder disfrutar de un concierto en un ambiente íntimo y con una atmósfera electrificante, con los sentimientos a flor de piel de principio a fin.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Una hora antes de la apertura, a las puertas de la renovada sala del Poblenou, una treintena de jóvenes ya formaba cola en la sala para poder estar cerca de una artista que, como se diría, sings the truth como pocas en la escena actual. Dacus es creadora de un sólido repertorio de raíces rock y lírica poética y descarnada, de imágenes cotidianas y sentimientos desnudos, auténtica orfebrería prosódica que dispara directa al corazón y a las entrañas. Una artista llamada a recoger el testigo de Bruce Springsteen e insuflar una bocanada de aire fresco, fresquísimo a la tradición de himnos generacionales que apelan a la sensibilidad y las preocupaciones de una nueva, valga la redundancia, generación. No en vano, una de las versiones de su EP 2019 (Matador, 2019, evidentemente…) es el éxito del de New Jersey “Dancing in the Dark” con la que abrió el set de bises.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Dacus posee un instinto para crear hooks pegadizos, de músculo rockero, y combinarlos con una lírica inteligente, a la vez delicada y cruda, muy, muy cruda, sin menoscabo de la belleza. En ese sentido, ha depurado esa desnudez en las letras de las historias cercanas y, a la vez, universales que forman su reciente ‘Home Video‘ (Matador, 2021), tercer largo (sin contar el que grabó con Phoebe Bridgers y Julien Baker para el proyecto boygenius) de la carrera de Dacus, y que centró buena parte del repertorio de ayer. En Home Video, Dacus echa la vista atrás y repasa su infancia y juventud en Richmond, Virginia. El pasado sigue proyectando largas sombras, a las que la artista apunta la linterna para esclarecer el presente, para perfilar los contornos emborronados de encuentros y desencuentros de la vida, de amigos y amores, de ilusiones y frustraciones. El peso de la educación, la confusión de los primeros escarceos amorosos, el diálogo con el deseo y esos sentimientos confusos e incomprensibles que surgen con él, a medio camino entre la culpa y el descubrimiento, el pudor y la moral, la belleza y la melancolía, aparecen descritos con tacto, sin juicio, abrazando este presente.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Abrió el concierto con el último corte del disco, “Triple Dog Dare”, que marcó el tono de lo que estaba por venir: un sonido cálido y rotundo, flanqueada por Jacob Blizard a la guitarra y Dominic Angelella al bajo, y escoltada por Sarah Goldstone a los teclados y Ricardo Lagomasino a la batería, que subrayan las sensaciones y experiencias que se narran. En “Triple Dog Dare”, la confusión de la adolescencia y los sueños de un futuro en común que acaban, como todos, por disiparse; una canción que empieza con la voz aterciopelada de Dacus y a la que, poco a poco, los músicos van añadiendo capas y capas envolventes en un crescendo que acabó en un tsunami que arrancó las primeras ovaciones cerradas de la noche.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

A continuación sonaron “First Time” y la primera parada en Historian (Matador, 2018), “Addictions”, celebrado por el público que la recibió con los primeros coros de la noche. La siguió uno de los temas centrales de Home Video, “Hot & Heavy”, cuya instrumentación exuberante contrasta con la más espartana de “Addictions”, y que resume buena parte de la temática del disco, su relación con su ciudad natal después del éxito. “Christine” contiene una de las muchas frases hermosamente lapidarias de su discografía, una frase repleta de cariño y de rabia: “como se os ocurra casaros, amiga mía, os tiraré los zapatos al altar, antes ser indigna que verte con alguien que te hará infeliz”. “VBS” (“Vacation Bible School”) recuerda la educación religiosa que recibió y que cortocircuita con una juventud que anhela otras experiencias.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)
Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

El futuro es un benevolente agujero negro” es otra de esas hermosas metáforas que, en este caso, cierra “Cartwheel”: explica esa sensación que te embarga cuando uno de tus primeros crushes ni se entera de la misa la mitad. La añoranza se escribe con guitarras acústicas, sí, pero sin lamentos. Enseñanza de vida.

Después de las hermosas “Nonbeliever” y “Timefighter” (con Dacus al bajo en este tema de cadencia morosa), se armó de micro y Autotune para atacar “Partner in Crime”; su voz, habitualmente cristalina, quedó aquí rugosa y afilada. “Thumbs” es un tema crudo, en el que la cantante acompaña a una amiga a ver a su padre ausente y se imagina matándolo, con rabia pasmosa, hundiéndole los ojos con los pulgares. Una hermosa, dolorosa letanía que provocó más de una lágrima, por lo que se pudo oír en la sala. (Bueno, confieso que, en ese momento, a mí me dejan en la orilla de un pantano y acabo yo solo con la sequía del país).

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

“I Don’t Wanna Be Funny Anymore”, la única incursión en el debut No Burden (Matador, 2016), fue recibida con delirio, así como el single “Kissing Lessons” (rápido, urgente, pasional) para cerrar la noche con la versión casi angelical del “Believe”, de Cher, y ese hermoso, monumental, icónico “Night Shift”, coreado a pleno pulmón por el respetable. Apoteosis. Y más lágrimas, claro. Si alguien conoce una canción de ruptura más bonita, que lo diga aquí abajo en los comentarios.

Lucy Dacus (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Hubo momento para peticiones, (¡qué ilusión volver a ver en un concierto carteles de cartón con mensajes para la artista!) y una de ellas se fraguó en los bises, en los que Lucy Dacus llamó de nuevo a la banda para interpretar “Going Going Gone” antes de cerrar con una balada inédita, “Bus”, que abre el apetito de cara a futuros trabajos de una artista que no puede hacer más que crecer y coronarse como referente generacional. Seguro que la cantera de fieles seguidores crecerá en el futuro, porque os aseguro que, quien la descubre, repite. Mis amistades dan fe de ello. De momento, disfrutemos de estos conciertos íntimos y dejemos seducirnos por la voz y la fuerza de una artista arrebatadamente sincera.

 

Setlist:

  • Triple Dog Dare
  • First Time
  • Addictions
  • Hot & Heavy
  • Christine
  • VBS
  • Cartwheel
  • Nonbeliever
  • Timefighter
  • Partner In Crime
  • Thumbs Again
  • Brando
  • I Don’t Wanna Be Funny Anymore
  • Kissing Lessons
  • Believe (cover de Cher)
  • Night Shift

Bis:

  • Dancing In The Dark (cover de Bruce Springsteen)
  • Going Going Gone
  • Bus (canción inédita)

Escrito por

Letraherido y juntaletras. Físico de titulación que ejerce (poco) en una editorial de género fantástico. Me caí en un caldero de britpop ya de mayorcito y desde entonces le doy a todos los palos del indie y de más allá. Flamenquito lover. Sé bailar sevillanas. En mi epitafio pondrá “Esta noche no iba a salir”. Common people like you.

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