
Entre las bandas latinoamericanos nutrían el cartel artistas poco conocidos aquí como Aterciopelados, Instituto Mexicano del Sonido, Centavrvs o Babasónicos, atrayendo una audiencia de diversas nacionalidades. De España pudimos oír en directo a unos enérgicos Sidonie que, a pesar de ser la segunda banda en abrir el festival y bajo un calor abrasador, consiguieron conquistar a los allí presentes; un Coque Malla eufórico que lo dio todo hasta su tema final, cantando junto con Kase.O; León Benavente con su tremendo arranque de fuerza escénica; Love of Lesbian, que venían relajados tras una pausa estival; Mikel Erentxun, que levantó pasiones con el poder de sus viejos y eternos temas que el público coreó; Ivan Ferreiro, algo parco en su actuación; Carlos Sadness y su simpatía sobre el escenario; Vetusta Morla y sus bailes; o Kase.O Magnetism, que ofreció un enorme concierto con la ventaja de “jugar en casa”.

Otro de los encantos del Festival Vive Latino fueron el cuadrilátero de lucha libre mexicana, la exposición urbana de mexicráneos con 12 calaveras gigantes representativas de la celebración del “Día de Muertos” o el pequeño stand habilitado para la firma de los artistas.
