Iván Ferreiro (Razzmatazz, 26/05/17)

Foto: Rafa Rubiales
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En la música, como en la vida, existen apuestas seguras. Artistas y grupos que sabes que nunca te fallarán y canciones con las que vaciar y vaciarse. Dosis de felicidad perfectamente adaptables a cualquier situación. Cada uno tiene las suyas. Las mías están bastante claras e Iván Ferreiro es una de ellas. Refugio musical donde los haya.

Iván Ferreiro es ‘Casa’. Él y la gran banda de músicos y amigos de los que se ha rodeado en la gira de su último disco. El nerviosismo inicial de hace unos meses en la Sala Barts – allí presentaba por primera vez ‘Casa’- se transformó el viernes pasado en un torrente de poderío musical y vocal en una sala Razzmatazz que, aunque no colgó el cartel de ‘sold out’, se entregó en cuerpo y alma al músico gallego. Hubo canciones -himnos, perdón- en los que el público hizo ‘enmudecer’ a un Ferreiro divertido y desenfadado. Incluso en momentos más sentidos como en los instantes previos al minuto de silencio en honor de las víctimas del reciente atentado de Manchester. “En todas las salas europeas se va a guardar un minuto de silencio a las diez de la noche. Faltan un par de minutos, no creo que pase nada por adelantarnos. Será la primera vez que España adelanta en algo a Alemania”, bromeó justo antes de hacerse el silencio. Después le siguió un minuto de ruido descontrolado.

Para entonces, Iván Ferreiro llevaba ya una hora de show en la que los temas nuevos como ‘Casa’ o ‘Tupolev’ se enredaban con clásicos como ‘Inerte’ o ‘El viaje de Chihiro’ y todos con la misma reacción del público. Fue entonces cuando entendí que Ferreiro también era refugio para la mayoría de los allí presentes.

Los primeros acordes de ‘El equilibrio es imposible’ marcaron uno de los momentos más especiales de la noche. Himno absoluto entre los seguidores de Iván Ferreiro. Piel de gallina y gargantas desgañitándose bajo la atenta y feliz mirada no solo del cantante gallego, sino del resto de la banda. De entre los músicos integrantes, mención especial para Emilio Saez. Su manera de desgarrar la guitarra era casi tan hipnótica como los andares del gallego que lucía, orgulloso, una camiseta de Mi Capitán.

Llegó entonces el momento álgido del concierto. El que todo el mundo esperaba, ese en el que sabes que la noche está llegando a su fin y los ‘hits’ se arremolinan uno tras otro casi sin control. ‘El pensamiento circular’, ‘Farsante’, ‘Años 80’… y, como no, ‘Turnedo’ para cerrar un concierto de esos que te trasladan a otro lugar y a otro momento, de esos que te hacen viajar con la mente y mecerte en letras y melodías que reafirman que con Iván Ferreiro sobre un escenario nada puede salir mal. Y así fue. Todo un acierto el del Room Festival para despedir la primera de muchas más ediciones.

FOTOS: Rafa Rubiales

 

 

Escrito por

Periodista y alma viajera. Me gusta el movimiento y no entiendo la vida sin música. Conciertos y viajes son mis placeres culpables

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