Si el viernes sirvió para probar como respiraba este nuevo tipo de festival que Ballantines organizaba en una gran cantidad de salas del centro de Madrid, el sábado era el momento de exprimir a tope todas sus bondades.
Una de esas ventajas era que, a pesar de los 35º a los que se veía sometida la capital del Estado, los conciertos se sucedían bajo techo, a buenas temperaturas y con el único calor del público y los grupos. Este calor eléctrico de simbiosis entre público y artistas se hizo palpable en el concierto de los vascos Berri Txarrak en una sala mítica como la Joy Eslava. Temas antiguos mezclados con alguna nueva propuesta como ‘Bakarrik Egoteko Modu Berri Bat’ discurrieron durante los primeros 50 minutos de concierto, momento en el que empezaron a versionar grandes éxitos internacionales como el famosísimo ‘Arround the world’ de Daft Punk. Una grata sorpresa para todos los que aún no habíamos disfrutado nunca de un concierto del trío euskaldun.
Como el día anterior nos perdimos la gran actuación de The Vaccines al colgar el cartel de aforo completo, el objetivo era ver a Carlos Sadness en uno de sus últimos conciertos de la gira de “La Idea Salvaje”. Decidimos hacer un parón para cenar y recuperar energías y preparar el resto de la noche. Llegamos a la sala El Sol unos 15 minutos antes de la hora estipulada de inicio del concierto (hora que, salvo alguna excepción muy contada, se respetaba al segundo) y ya se hacía difícil caminar entre los fans expectantes. Cerveza en mano y a pocos metros del escenario, Sadness dio comienzo un concierto en el que tenía tantas ganas de hablar con la gente como de cantar. El sonido del micro a caballo entre el bajo sonido y algunos acoples recurrentes no enmascaró la energía del show. No faltó ninguno de sus temas más top, así como ‘Amor Papaya’, su último gran hit. Más que un festival, parecía un concierto más de su gira en pequeñas salas: público entregado, canciones vitoreadas como himnos y permanente contacto del cantante con su público al que hacía partícipe de su selección de temas. La hora pasó volando entre botes y buen rollo, con la buena noticia de que en 3 meses podremos volver a verle en el DCODE.
Pasada ya la media noche prácticamente todos los conciertos habían acabado y dejado paso a la escena de los DJ’s. El abanico seguía siendo enorme, desde la electrónica más potente hasta propuestas mucho más tranquilas. Con el objetivo de no morir en el proceso y llegar al final de la noche exhaustos, nos encaminamos a un maravilloso escenario como es el famosísimo Círculo de Bellas Artes. Allí The Zombie Kids habían dado paso a Eme DJ, con una selección de temas funky que permitían hablar, relajarse y mover las caderas a ritmo suave durante un buen rato. No obstante, el momento más esperado del after midnight era ver pinchar a los buenos de Hot Chip, y la espera no defraudó.
Llegamos con la performance ya empezada y en una sala Arena viviendo la música al máximo. A veces es difícil identificar un DJ set con la música de sus protagonistas, pero esta vez, cualquiera que cerrara los ojos y se dejara llevar, podía identificar a la perfección el sello Hot Chip en cada uno de los temas. Un broche de oro para un fin de semana sin tregua.