Anna Andreu + The Bird Yellow (La Nau, 27/05/21)

Anna i Marina (Foto: Idoia Recuenco)
Marina Arrufat (Foto: Idoia Recuenco)
Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)
Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)
Marina Arrufat (Foto: Idoia Recuenco)
Anna i Marina (Foto: Idoia Recuenco)
Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)
The Bird Yellow (Foto: Idoia Recuenco)
The Bird Yellow (Foto: Idoia Recuenco)

Tercer bolo de Anna Andreu al que acudo desde que la descubrí, gracias a un amigo, en un concierto de La Mercè. Lejos queda aquel primer recital post-confinamiento con mascarilla y medidas de seguridad que inauguraba esa nueva (a)normalidad a la que sigo sin acostumbrarme. Esa tarde caí rendida ante el disco debut de Anna Andreu, ‘Els Mals Costums’ (Hidden Track) una auténtica maravilla y uno de los mejores álbumes del 2020.

Esta vez la cita era en La Nau, dentro del ciclo de conciertos ‘Vida Records & Friends‘, un proyecto de conciertos dobles donde se propone un maridaje musical entre artistas y bandas de diferentes discografías, y que pretende crecer paralelamente en el Vida Festival.

The Bird Yellow (Foto: Idoia Recuenco)

Llegamos a la sala a tiempo para escuchar las últimas canciones de The Bird Yellow. Melodías melancólicas y pausadas, silencios y una voz profunda y texturizada. Sólo con su guitarra o acompañado a los teclados por Bianca Steck, el cantautor barcelonés fue desgranando alguno de los temas de ‘Little Kids’ y ‘My Matador’. El concierto terminó con una desgarradora versión de ‘One of Us Cannot Be Wrong’ de Leonard Cohen, coronado por un largo y atronador silencio.

Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)

Los responsables de la sala nos habían situado en unas localidades externas a la sala del concierto, justo en la puerta de salida. Los compañeros fotógrafos podían entrar y hacer fotos desde el foso de la sala, pero la prensa escrita no podíamos movernos de nuestra silla bajo las continuas amonestaciones de un acomodador déspota e incoherente. Ni durante el descanso entre concierto y concierto se nos permitió levantarnos. Intentamos obviar lo absurdo de la situación, aunque se me hizo raro acudir a un concierto sin sentir el calor de la sala ni percibir una buena calidad de sonido.

El concierto de Anna Andreu arrancó con los primeros acordes de ‘Els Mals Costums’, esas pequeñas manías que no podemos cambiar, pero que al fin y al cabo, nos hacen ser quienes somos. Y con esa declaración de principios, y acompañada a la batería y los teclados por la siempre cómplice Marina Arrufat, Anna empezó a atraparnos en esa red de melodías etéreas y letras poéticas; todo combinado con algunos silencios que, para nada, resultaban un “calvari”.

Marina Arrufat (Foto: Idoia Recuenco)
Anna i Marina (Foto: Idoia Recuenco)

Llegó la primera cover de la noche con ‘Gem’ (Anímic), versión que, según nos contó Anna, la animó a emprender su proyecto en solitario. El concierto siguió con ‘Desfici’, esa oda al desasosiego dominical que todos hemos experimentado alguna vez y que tanto nos cuesta explicar. ‘La Riuada’ empezó con un pequeño lapsus de Marina que se equivocó en el arranque e hizo soltar a Anna un espontáneo “en casa me caerá la bronca”. “O a mí”, le respondió rápida Marina. Esa pequeña anécdota no hizo más que demostrar la complicidad entre las dos, que se palpaba en unas miradas recíprocas e íntimas que dicen más que mil palabras.

Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)

Y llegó para mí una de las mejores versiones del concierto, ‘So long, Marianne’ (otra vez Cohen) que Anna supo llevar muy bien a su terreno de atmósferas íntimas y sugestivas y que tanto calan en el espectador. El terreno estaba preparado, ‘El que no som’, nostalgia por las cosas que no fueron, ni nunca llegaremos a ser. Y pienso en este último año lleno de silencios y momentos perdidos que ya nunca serán. Un año en que hemos vivido para adentro, y que discos como ‘Els Mals Costums’ nos han ayudado a sobrellevar. ‘El crit al cel’ es un ejemplo de ello, canción que remueve y que para mí cogió un significado imprevisto en esos momentos de temor por esos “pares que es fan vells”.

Anna Andreu (Foto: Idoia Recuenco)

El concierto siguió con ‘Gos salvatge’ canción de Cálido Home, anterior grupo de Anna Andreu. Historia de dualidades dolorosas entre lo que uno es, y lo que pretende ser. Dejar salir ese instinto sí fue posible con ‘Torrent Sanguini’, que nos aceleró el pulso hasta llegar a un tema inédito, ‘El Mur’ que deja vislumbrar un futuro segundo álbum prometedor que ya tenemos ganas de escuchar (Anna nos comenta que ya está a punto de volver a grabar).

El show tocó a su fin con una última versión de la ‘Canción del Jinete’, poema de Lorca musicado por Paco Ibánez, y que con su trote entrecortado nos llevó a un inevitable final. Nos quedamos con ganas de algún bis, pero la realidad se impuso de golpe con la voz perentoria del acomodador que, a través de un micrófono nos emplazaba a desalojar la sala de forma acelerada y marcial.

Anna i Marina (Foto: Idoia Recuenco)

 

Escrito por

Amante de los libros y de la música; no concibo mi vida sin ellos, los cuales me han salvado de más de un naufragio. Curiosa y ecléctica me puedes encontrar tarareando desde rock, soul, jazz, hasta punk. Pero en 'the bottom of my heart' late, a buen ritmo, un corazón popero e indie.

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