Seguimos tachando nombres de nuestra particular lista de deseos y no podemos estar más contentos. Esta semana, coincidiendo con nuestro programa #81, le toca el turno al deseado Coque Malla. Aprovechamos su fugaz paso por Barcelona para hacerle un auténtico tercer grado que ahora y aquí queremos compartir con vosotros. Si sois más de audio, también tenemos el podcast para que podáis escuchar la que fue, sin duda, una de las voces referentes de aquellos ya lejanos años 90. Coque Malla en 3, 2, 1…
Empezamos con una pregunta tal vez típica y tópica para ir calentado motores, ¿qué tal las sensaciones y el feedback en estas primeras semanas de ‘Irrepetible’ (Warner)?
No es una pregunta tan típica. La verdad es que muy contento. Los comentarios del público, la venta de entradas, la entrada en la lista de ventas, la crítica, las redes sociales y, por supuesto, el video de Iván que se ha hecho viral con un millón y medio que son números que me suenan a Justin Bieber.
Por curiosidad, ¿esas cifras dan dinero?
Pues no lo tengo claro, creo que muy poco. Creo que para que realmente de dinero tiene que ser como unos 200 millones, que hay videos de raperos y eso que los tienen. Todo es relativo, sobretodo el éxito. Me acuerdo que a los dos días el video tenía unas 40.000 visitas y me parecía una burrada. Ahora ya como que se me escapa.
Imagino…
Lo importante es que aquello que ocurrió en el teatro, aquello que ya era tan emocionante y único por cosas como las cuerdas, el directo, Madrid y, por supuesto, Iván haya trascendido tanto. Que todo eso se viera atravesado por ese rayo mágico en el escenario y que hayamos tenido la suerte de grabarlo, de hacerlo tan bien y amplificarlo para que haya llegado a tanta gente…
Generar esa emoción imagino que debe ser lo más grande para una artista, ¿no?
Es lo máximo. Hacemos esto para emocionarnos y pasarlo bien, pero sobretodo para emocionar a la gente. La verdad, yo esa emoción por parte del público con algo que he hecho yo nunca la había sentido, nunca había visto con algo mío algo que sobrecoja tanto.
Buena combinación, entonces, Coque e Iván Ferreiro…
Sí, una combinación muy potente, pero también la canción es muy especial e Iván fue inteligente, es más listo que el hambre…
¿La escogió él?
Bueno, cuando salió ‘El último hombre en la tierra’ en el que estaba Me dejó marchar, Iván hizo una versión al piano y la colgó en redes y tuvo mucho éxito porque a él le conmovió especialmente esa canción. Recuerdo que me llamó cuando salió en plan “tío, que cabrón, que disco has hecho y sobretodo que canción…”. Entonces, cuando decido hacer un disco con invitados a casi el primero que llamo es a Iván y le digo que estaría bien Me dejó marchar. También habíamos tocado mucho ‘Berlín’ y podía ser candidata. Pero Iván dijo que no, que quería esa. Y así fue. Más listo que el hambre…
Escuchando todo lo que cuentas da la sensación de que disfrutaste esa noche, pero he leído que no fue así, que no disfrutaste nada…
Bueno, tanto como nada, no. Disfruté, pero no al nivel de abandono total, eso que ocurre en algunos conciertos, no en muchos, y que es que de repente te abandonas, dejas de pensar, no ves al público y solo fluyes. Eso no es fácil de conseguir y en un concierto como este, todavía menos. No era un espectáculo al que estuviéramos acostumbrados, sí el cuerpo central y la banda principal porque veníamos de año y medio de gira, pero había muchos añadidos importantísimos y complicados como era el cuarteto de cuerdas, el de vientos y los invitados y las cámaras… No estaba nada relajado por dentro y no lo disfruté del todo, pero sí hubo momentos de gran disfrute como el momento con Iván… De hecho, los mejores momentos fueron con los invitados, que me hacían olvidarme un poco de todo. Imagínate, Neil Hannon, si no disfruto con él es para matarme.
Da la sensación de que últimamente los músicos están más abiertos a compartir, a hacer versiones, a invitarse y hacer intercambios…
Puede ser, pero creo que es algo que se ha producido de siempre.
Tal vez sea porque siempre se ha hecho en el mundo más ‘indie’ y ahora que está más de ‘moda’ es más visible…
Puede ser. También las redes permiten que todo sea más visible, pero Sinatra ya lo hacía hace muchos años. No sé si tengo la sensación de que sea algo que está de moda.
También podría ser, con todo el cariño del mundo para Iván Ferreiro que es amigo, que no hay semana sin colaboración de Iván y y tengamos esa sensación…
(Risas) Sí, está de moda que colabore Iván. Eso desde luego… en breve habrá noticia de ‘no hay colaboración de Iván esta semana’.
Volviendo al concierto de ‘Irrepetible’, ¿cómo se gestiona un concierto con 6 invitados?
Con mucho trabajo. Estuvimos un año preparándolo todo o más desde que apareció la idea de hacer un disco con invitados. Las llamadas, no te contestan, cuadrar fechas… porque con ‘Mujeres’ teníamos mucho más margen porque no era un concierto, era una grabación en un plató e íbamos moviendo las fechas y lo grabamos en dos días. Aquí no era así, era un concierto y no podías ir moviendo la fecha según te decían. En un momento hubo que reservar el teatro y cruzar los dedos para que los invitados pudieran ese día. Lo hicimos un día, que eso facilita las cosas.
¿Qué necesidad tenía Coque Malla de liarse con un disco en directo?
Pues creo que mucha porque no había un disco en directo de mi carrera en solitario. Los Ronaldos teníamos dos, pero en solitario yo no tenía ninguno y a mí no se me entiende del todo si no se me ve encima de un escenario. Puedes escuchar los discos, pero solo te estás asomando a una parte de lo que soy. Hasta que no ves esas canciones en un escenario no me entiendes y, por eso, había que enseñárselo a la gente. Y ahora era un momento increíble.
¿Por qué?
Hay que aprovechas los momentos en los que hay una energía tan emocionante en los conciertos. En los últimos dos años, los conciertos están siendo muy poderosos, con una banda y unas canciones muy poderosas y había que aprovecharlo porque hervía la olla. Y nunca se sabe cuánto va a durar todo.
No sé si eres muy futbolero, pero podría considerarse la selección de ‘Irrepetible’ como un Dream Team…
No lo soy mucho, la verdad.
¿A quién te habría gustado ‘fichar’ para el concierto?
A muchísima gente que admiro y me flipa, pero me pasa como con ‘Mujeres’. Ahora que está grabado, y me he tirado tanto tiempo en el estudio escuchándolo, no me lo puedo imaginar con otros.
Si sumamos la gira de ‘El último hombre en la tierra’ y ahora ‘Irrepetible’, salen casi tres años de gira. Además de irrepetible, ¿podemos decir que Coque Malla es incombustible? ¿Uno no se cansa de girar, de la carretera?
Al contrario, yo necesito tocar todavía más. Me apasiona la carretera. Yo soy feliz cuando estoy con mi banda en la carretera, en los hoteles y, sobretodo, en los escenarios. Vamos, soy feliz en la furgoneta y en los hoteles porque sé que vamos a subirnos a un escenario y yo tocaría mucho más de lo que toco.
¿Y por qué no tocas más?
Porque de vez en cuando hay que parar y porque este país no es tan grande y porque en Latinoamérica hay mucho trabajo por hacer todavía.
¿Tienes planes de dar el salto este año?
Llevo ya unos años yendo a México y a Buenos Aires porque no estuve rápido ni con Los Ronaldos ni en solitario y no empecé a trabajar el mercado latinoamericano hasta hace unos pocos años y es un proceso lento a no ser que tengas muchísimo dinero. Si te lo haces tú es un proceso de hormiguita, lento, y yo llevo poco. He ido tres veces a México y dos a Buenos Aires y este año queremos repetir.
¿Tenéis pensado ir a otros países?
Es muy caro viajar y, de momento, vamos a insistir en México, que creo que es el altavoz de Latinoamérica y si se contagia, pues entonces iremos a otros países. Pero ir a Perú a la aventura a que te vayan a ver cinco personas a un bar sale demasiado caro. No así en México. El último año hicimos dos noches y creo que este año podremos hacer tres. Ya incluso hacemos ruedas de promoción y los medios ya nos van conociendo.
¿Puede ser una vía de escape ante la saturación del mercado nacional?
Claro y, además, es muy excitante. Es un público que te ve de una manera muy pura. Aquí tengo una historia de muchos años con Los Ronaldos, las películas, el anuncio de Ikea, mis declaraciones… el personaje es muy grande y a mí lo que me importa es el músico en el escenario tocando unas canciones. Y allí no, allí solo soy un músico tocando y eso es muy apasionante.
¿Es un volver a empezar?
Totalmente, es un poco volver a tener la sensación de cuando empezaba aquí.
¿Y después de estos conciertos en noviembre?
Vamos a hacer un gran final de gira, pero no digo todavía dónde porque es sorpresa. Y después, sí. Parón de casi un año para tener tiempo de empezar a componer el nuevo disco.
Aprovechando que antes hablabas del personaje Coque Malla y sus declaraciones. Hace unos meses, con motivo de todo lo que sucedió en Catalunya el 1 de octubre, fuiste uno de los pocos ‘valientes’ que opinó en redes sobre lo sucedido. Hubo comentarios de todo tipo, pero muchos en contra. ¿Cómo los encaja alguien que se dedica a hacer música?
Pues es chungo, la verdad. Fue muy duro, aunque después con la distancia, desgraciada o afortunadamente, todo pasa. En mi caso, afortunadamente porque durante esos días hubo comentarios que daban miedo porque no eran en plan “tú que sabrás”, habían amenazas… Se monta el pollo, pero a los dos días sale otra cosa y nadie se acuerda. Eso, por un lado es como menos mal, pero por otro te da la medida de lo trivial que es el supuesto debate serio de los asuntos sociales en las redes.
¿Hace que te plantees opinar en próximas ocasiones?
Sinceramente, sí. Porque hace que te digas que pasas de pasarlo mal o, por lo menos, de hacerlo en caliente. Yo vi las imágenes y escribí y todo lo que sucedido te hace pensar que, tal vez, la próxima vez lo dejas reposar todo, lees, tomas la medida del problema real y opinas.
Para acabar, ¿cómo ves la falta de libertad que empiezan a haber con la música en este país tras las condenas de Valtonyc y Pablo Hasel?
Me parece terrorífico y un error. Me parece, además, terrible que eso no venga de unos malvados poderosos y oscuros que están en las grandes alturas, sino que nosotros en las redes digamos ‘ole, a la cárcel’ y que no entendamos que la ficción, el arte, es libre y debe ser libre. Y que no entendamos eso es muy, muy peligroso porque no hay límite en eso. ¿Quién decide que frase merece ser llevada a la cárcel o qué es correcto o incorrecto? ¿Quién decide con el sentido con el que se ha estado escrito algo? ¿Cómo decides eso? El arte debe ser libre y la ficción no hace daño a nadie por mucho que las víctimas del terrorismo digan que les han ofendido. Pues mira, a mí también me ofenden otras cosas y yo puedo tener tanto dolor como tú que no conoces, por otros motivos, y escucho cosas cada día que me hace daño y me tengo que aguantar. Por mucho que se empeñen algunos, la ficción no hace daño y no puede ser legislada ni penalizada. La ficción forma parte del mundo de la fantasía y no podemos entrar ahí a detener a la princesa Leia…
¿Y cómo combatimos todo eso?
Creo que hay mucha gente sensata y habrá una batalla, que creo que siempre la ha habido, entre la estupidez y la sensatez y yo creo que ganará la sensatez. Aunque, claro, estos dos chavales van a ir a la cárcel. Creo que hay que hacer algo, creo que todos nos deberíamos movilizar por estos dos chavales porque después pueden venir a por nosotros por interpretar de la manera que quieran una frase, una canción, un libro o unas fotos…