Preoccupations (Sala Upload, 13/09/23)

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

Escribo tarde, como siempre (perdón, Ignasi, perdón, sala y bandas), después de una semana complicada (por cierto, si alguien busca editor, redactor y chico pa’ to, que me avise, que le mando el CV), y, aun así, todavía persiste el rastro de los acúfenos criminales con los que salí de la sala Upload el miércoles pasado. El doble concierto de los valencianos Mausoleo y los calgarianos Preoccupations (aka Viet Cong antes del cambio forzoso de nombre) fue una orgía ruidosa, más cercana al punk versión muy postpostpost en el caso de los primeros y al noise abstracto y progresivo de los últimos.

—Álex, te estás inventando (no, peor aún: las echas al buen tuntún) las etiquetas, no me engañes.

—Bueno, a ver, voy un poco a tientas y no deja de ser algo orientativo. Están para lo que están; a mí me sirven para intentar guiar a los lectores en una reseña, a la vez que intento expresar esa cosa tan mágica que es el impacto, personal e intransferible, de cada concierto. Lo de Preoccupations es difícil de describir en palabras; es mucho mejor verlos, vivirlos, experimentarlos. Y te digo una cosa: la verdad es que, cada vez que voy a un concierto suyo me dejan fascinado por su densidad sonora y porque, debajo, percibo una lírica hermosa, arrebatadora, de ahí que esgrima ese prog que a algunos les rechina; no sé, me recuerdan a cuando era adolescente y me quedaba prendado por los Genesis de Peter Gabriel y por la carrera posterior de este. Y el virtuosismo de Matt Flegel al bajo me PU-TO-FLI-PA…

Perdón, que empiezo a divagar nada más empezar. Y es que ¿cómo resistirse a un doble cartel donde el bajo es el instrumento principal de la formación? Por cierto, un saludo desde estas páginas al que me permitió sacarle una foto a la camiseta NO BASS NO BAND que le habían regalado los colegas: no os voy a poner el enlace a la multinacional de libros electrónicos y millones de otras cosas que la tiene a la venta, porque es el puto demonio übercapitalista, pero podéis verla aquí.

Mausoleo (Foto: Jordi Trenzano)

Mausoleo abrió fuego con contundencia, pero lastrados por un sonido pastoso y engurruñado (enfurruñado también) que dificultaba su comprensión: reflexiones existenciales transportadas por una atmósfera que basculaba entre la rabia y la angustia, como asomándose a ese abismo ominoso que es la vida pero lanzando puñetazos a tientas y a caraperro contra cualesquiera demonios que se atrevan a asomar el hocico. Se impuso buscar la vertical de la sala para poder degustar esos matices, pues por los laterales la música llegaba sin brillo y sobresaturado. Aun así, ese hecho no impidió que las dentelladas de la banda de Xus Gómez al bajo y voces, Andrés Sanabria a la guitarra y doblando voces, y el golpeo inmisericorde de Mikel Cabanes a los parches fuesen igual de salvajes.

Mausoleo (Foto: Jordi Trenzano)

Hablando de detalles, muchos y jugosos se mezclan en una amalgama en la que cada uno encuentra lo que quiere. Volviendo al tema de las etiquetas, con las amistades jugamos a buscar referencias y posibles influencias grupos, intentando definir y situar en un mapa de estilos a un grupo que se muestra y se sabe elusivo. En el fondo norte se constatan las raíces punk, el DIY y la bravura de quienes buscan romper moldes; en la sensibilidad, el post punk y el dreamcore y el emocore y todos los cores que os podáis imaginar; en el fondo sur, algo de heavy, claro, y, en alguna ocasión, ecos melódicos a lo The Cure y Low agazapados en el rodillo sonoro, e incluso, en la voz de Xus, nada más arrancar con “Un testigo”, del más reciente EP postpandémico Refugio transitorio (Humo Internacional, 2022), me pareció percibir esa pose aguerrida y chulesca (en el buen sentido, entiéndanme, de quienes son sinceros hasta la brutalidad) de Los Enemigos.

Mausoleo (Foto: Jordi Trenzano)

Si en Refugio transitorio Mausoleo amplía la paleta en relación con su discografía anterior, “Extraño”, uno de los primeros temas de la banda, apeló al sonido más denso de los inicios. Los primeros veinte minutos de concierto, junto a “Epifanía” y “Paralelo”, codo a codo, fueron arrolladores, con una banda entregada en un íntimo aquelarre que bien podría remitir a la catarsis de bandas como Swans.

Asentados tras la presentación y tras rememorar el grato recuerdo de su paso prepandemia por un festival autogestionado de la ciudad, siguieron explorando el espacio crepuscular con “Mausoleo”, de su LP Absolución (Desorden Sonoro/Flexidiscos, 2020) y asestaron un sonoro aldabonazo con “Claridad” antes de sumergirse en las más tenebrosas obsesiones de “Ritos”.

Mausoleo (Foto: Jordi Trenzano)

El contraste entre sus anteriores referencias y las canciones de Refugio transitorio o de novedades como “Frío y despiadado” alimentaba aún más los nombres y las etiquetas que barajábamos; baraja que acabamos tirando a la papelera, por inútiles, con la brutalista “Es el final”. Tras “Condenado” llegó el cierre con la joya del Refugio, “Verte ser”, hermoso colofón de un concierto que se vivió como la constatación del amplio territorio que se les abre en el futuro a los de València.

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

Preoccupations iniciaron su set con la muy versátil “Fix Bayonets!”, que abre el el cuarto y más reciente título de la banda, Arrangements (autopublicado, 2022), con similares problemas de sonido que, esta vez, vencieron a fuerza bruta. Os juro que con la segunda canción, “Death of Melody”, creía que se me licuaba el cerebro y se me salía por la nariz, palabrita de niño Jarvis. Pero los técnicos de sonido fueron rápidos y efectivos, y ya en “Silhouettes” consiguieron desenmarañar graves y retornos y nos dejaron un sonido nítido, pero no por eso menos brutal.

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

La banda capitaneada por Matt Flegel, flanqueado por Daniel Christiansen y su excompañero en Woman Scott Munro a las guitarras y la electrónica, se pasean por el escenario como si el virtuosismo fuese un juego de niños. Su imponente presencia escénica multiplica el impacto de su noise post-punk melódico (lo siento, he vuelto a sacar la baraja, aunque se me han perdido unas cuantas cartas…) con trazas de electroclash (uy, otra carta) por decenas y centenas. Presencia y contundencia, virtuosismo y flexibilidad, y, a pesar de la barrera que siempre representa la distancia entre tablas y platea, cercanía y humanidad. Son de esas bandas que, cubeteando, descartas porque otros títulos te atraen más, pero cuyo impacto en directo te manda derechito a la mesa del merchan para hacerte con toda la discografía y, si puedes, te quedas a esperarlos para llevártelos de fiesta a la plaça Reial antes de acabar en un after.

Tras ese “Silhouettes” de teclados con reminiscencias al post-punk de Manchester y aires de desgarro à la Interpol, cayó otro de los cortes míticos del disco de debut Viet Cong (Flemish Eyes/Jagjaguwar, 2015), “Bunker Buster”, auténtica ambrosía armónica donde el bajo sonaba como el teclado de Bernard Sumner en Joy Division (y la sana, o no tan sana, envidia de este aprendiz de bajista ante semejante demostración de virtuosismo; lágrimas de emoción salpicaron el suelo ajedrezado de la Upload, de verdad os digo y no me importa reconocerlo).

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

No nos olvidemos que Preoccupations venían a presentar Arrangements: “Advisor” y “Ricochet”, extraídos de este álbum, nos mostraron a unos Preoccupations más reflexivos, más inclinados hacia el prog, experimentando con sonidos tanto analógicos (rasgueos de cuerda, vibratos de platillos) como digitales en la primera, y explotando la rabia en la segunda, en la que el batería, Mike Wallace, despojándose de la camiseta, demostró su precisión metronómica mimetizándose con los parches, que retumbaban como si los hubiesen confeccionado del mismísimo infierno, al tiempo que Matt Flegel desglosaba una letra digna del mejor J.G. Ballard antes de acabar con un redoble marcial.

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

Poco a poco fueron revisitando el pasado: “Disarray”, de New Material (Flemish Eyes/JagJaguwar, 2018) volvió a las melodías oscuras, con un Flegel que caminaba pletórico por el escenario, como una suerte de crooner post-punk a quien ni los problemas con el ampli pudieran afectar. La sinfonía experimental de “Memory” (Flemish Eyes/Jagjaguwar, 2016; un cuarto de hora de rapsodia drone en tres movimientos) transitó por terrenos psicorruidosos hasta que arrancaron los primeros pulsos de “Anxiety”, uno de los momentos más celebrados de la noche. Acelerada y sudorosa, esta bacanal ruidista e himno de los tiempos (ay, la ansiedad…) acabó en un fundido a rojo que dio paso a “Continental Shelf”, el memorable primer single de la banda, tan melódico y tan motorik, tan gozosa en su brumosa solemnidad, tan fresca en sus trazos variados, cambios de estilo y de atmósfera como hace diez años.

Preoccupations (Foto: Jordi Trenzano)

La recta final consistió en “Tearing Up The Grass”, del último disco, feral y salvaje, y una última visita a Viet Cong con “Death”, jolgorio de loops proteínicos que abren nuevos espacios y nuevas dimensiones psicodélicas, cual Jimi Hendrix Experience abrazando la música industrial, y en la que Mike, el metrónomo humano, de pie y con todas las fibras en tensión, deslumbro a la batería.

Preoccupations demostraron que siguen siendo una banda estimulante, poseedores de un repertorio pasado que sigue revelándose capa a capa a la vez que añaden más ingredientes y atmósferas en sus nuevos pasos. Son tantos y tan diversos los matices con los que juegan, tan denso y tan intrincado su sonido, que el público sale ahíto y satisfecho, con material para comentar la jugada durante horas ante unas cañas… y a grito pelao. Un auténtico gourmet noise.

 

Setlist Mausoleo

    • Intro

    • Un testigo

    • Extraño

    • Epifanía

    • Paralelo

    • Nueva Anti

    • Mausoleo

    • Claridad

    • Ritos

    • Frío y despiadado

    • Es el final

    • Condenado

    • Verte ser

Setlist Preoccupations

    • Fix Bayonets!

    • Death of Melody

    • Silhouettes

    • Bunker Buster

    • Advisor

    • Ricochet

    • Disarray

    • Memory

    • Anxiety

    • Continental Shelf

    • Tearing Up the Grass

    • Death

Escrito por

Letraherido y juntaletras. Físico de titulación que ejerce (poco) en una editorial de género fantástico. Me caí en un caldero de britpop ya de mayorcito y desde entonces le doy a todos los palos del indie y de más allá. Flamenquito lover. Sé bailar sevillanas. En mi epitafio pondrá “Esta noche no iba a salir”. Common people like you.

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