Festival Cara B (Fabra i Coats, 15/02/20)

Fanso (Foto: Sarai Moreira)

Como viene siendo habitual desde hace 6 años, durante el mes de febrero aterriza en Barcelona uno de los primeros festivales del año en la península, el Cara B, que se celebra en la fábrica Fabra i Coats. Un evento bien conocido por dar cabida a una multitud de bandas emergentes, o por lo menos no conocidas de manera masiva. Este festival destaca por su división en dos días muy diferenciados, tanto por el estilo de música como por su público, dedicando su jornada inicial a lo que podríamos denominar música ‘urbana’ (propuestas que van desde el trap al reggaeton, pasando por los ritmos latinos) y relegando a su segunda jornada los sonidos más adultos y guitarreros.

Dio la casualidad que el primer día del festival coincidió con el cada vez menos celebrado San Valentín, aunque dudo que tuviera el mínimo impacto para un público mayoritariamente perteneciente a la generación Z, y que cada vez tiene un sentido menos romantizado del amor. Nosotros, como ya somos unos señores mayores, decidimos saltarnos la primera jornada para coger fuerzas para la que nosotros considerábamos que era la jornada fuerte, la del sábado 15, que contaba con sus entradas agotadas.

Luna Ki (Foto: Sarai Moreira)

Teniendo en cuenta que las puertas abrían a las 18h, llegamos bastante temprano, con la intención de poder ver una gran parte del show de Luna Ki, la cual se ha convertido en todo un fenómeno en internet (curioso que si la buscas en google, aparece como del género “música infantil”. Padres primerizos, Luna Ki no es precisamente ‘Cantajuegos’…). Acompañada de una persona de apoyo con pasamontañas y gorro de Pikachu (¡viva Pokemon!) que le ponía las bases, sorprendió con una propuesta que parecía encajar mucho mejor el día anterior. Gracias a su actitud punk, se fue ganando poco a poco a un público algo escéptico que todavía no llenaba la sala, y tuvo su momento álgido con su hit ‘Septiembre’.

Cariño (Foto: Sarai Moreira)

Mientras veíamos a Luna Ki, pudimos ver a Paola de Cariño observando desde cerca el espectáculo poco antes de entrar en escena. Y sobre las 19:15 apareció sobre el escenario el trío afincado en Madrid, con la Fabra i Coats mostrando ya un aforo más que considerable, dispuesto a ver lo que ha subido este grupo en menos de año y medio. Paola, Alicia y María fueron tocando todos sus temas mientras la mayoría del público coreaba sus letras. La falta de potencia de voz la suplieron con melodías más que aceptables y letras que entran como el agua fresquita cuando tienes sed, motivos por los que algunos han mal bautizado a su música como ‘tontipop’. Las pobres tienen que estar destrozadas después de la cantidad de bolos que han hecho durante el año pasado. Si queréis saber más de Cariño, siempre podéis leer nuestra entrevista a Alicia.

Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (Foto: Sarai Moreira)

A continuación subieron a escena los flamantes ganadores del Premio Ruido: Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, el grupo al que todo el mundo le hace bromas con su nombre (como para no hacerlo…). Otros que están por todas partes y se recorren todos los festivales. Y vaya concierto nos ofrecieron… lo dieron todo con su “kinkidelia” atronadora. Su líder, Dandy Piranha, con ese característico look setentero que lo acompaña, dio una buena lección de lo que se espera de un frontman. A día de hoy sobran las comparaciones con otras bandas de rock andaluz, marcando poco a poco su propio camino. Se crearon pogos en las primeras filas del público, de las cuales me retiré a una distancia prudente, ya que no se andaban con chiquitas. Finalizaron su bolo con la gran ‘El Salto Del Gitano’, una de mis canciones top del año pasado, y lo cierto es que la disfruté a lo grande.

Pony Bravo (Foto: Sarai Moreira)

Poco después del final de DMBK, Pony Bravo subían al escenario. Al contrario que los grupos anteriores, a esta banda de Sevilla es mucho más difícil verla en directo. Empezaron con buen pié con un sonido casi perfecto. Y en el momento en el que empezaba a entrar en el concierto… el hambre llegó y no perdonó, así que tocaba ir a cenar. Por desgracia la oferta gastronómica del festival era muy pobre y lo único que había disponible eran unos bocadillos poco apetecibles, así que renunciamos a un rato de música por poder comer algo un poquito mejor.

Él Mató A Un Policía Motorizado (Foto: Sarai Moreira)

Llegamos a la parte final de Él Mató A Un Policía Motorizado, para muchos el plato fuerte de la noche. Debo de reconocer que nunca me han gustado en exceso los argentinos, pero nunca es tarde para darles otra oportunidad. Su rock algo tristón sonó bastante bien, aunque quizás a mi me cuesta empatizar con ese sonido tan de bajón. Eso sí, contaron con una gran cantidad de público fiel que coreó a pleno pulmón todas sus canciones. Como bien cantan ellos, el concierto estuvo “más o menos bien“.

Los Punsetes (Foto: Sarai Moreira)

Cuando empezaron Los Punsetes el calor de la sala era ya insoportable. Pero insoportable nivel que costaba respirar. A esas horas el aire viciado lo invadía todo. Aún así, los madrileños dieron el que, para mí, fue el concierto de la noche. Aunque, como siempre, Ariadna estuviera más tiesa que un palo durante todo el bolo, su banda no paró el ritmo de guitarras y batería, como si pasara una apisonadora por la Fabra i Coats. Recorrieron toda su discografía, tocando uno tras otro himnos como ‘Tus Amigos’, ‘Opinión De Mierda’ o ‘Tu Puto Grupo’. Nadie diría que venían presentando disco, y es que ciertas canciones de ‘Aniquilación’ ya están tan asimiladas como sus viejos temas. Desde luego Los Punsetes ya se pueden considerar una de las mejores bandas del país. Y lo digo con la boca bien grande.

Ortiga (Foto: Sarai Moreira)

Afortunadamente a la hora de Ortiga mucha gente había decidido marcharse. Y menos mal, porque habría sido imposible bailar con el ambiente que había en Los Punsetes. El que en su día fue la mitad de Esteban y Manuel hizo de hombre orquesta con su oferta de cumbia verbenera que disfruté mucho más que hace unos meses en el Secret vida. No sé si realmente su show fue mejor o simplemente que había más ganas de fiesta, pero a esas horas todo el mundo estaba entregado, meneándose como si no hubiera mañana. Después de echarnos unos bailes con el gallego, decidimos que una retirada a tiempo era una gran victoria. Y de esta manera despedimos un año más el Cara B, un festival más que consolidado, con muy pocas pegas y que tiene su futuro asegurado.

Escrito por

Informática en un mundo de hombres; amante de la buena gastronomía en tiempos de fast-food; melómana en tiempos de trap y reggaetón. Soy festivalera desde 2006, y he ido a festivales por todo el Estado y parte del extranjero. Arcade Fire, Yeah, Yeah, Yeahs, Libertines, Queens Of The Stone Age, Delorean, La Casa Azul... dicen las malas lenguas que te canto de pe a pa la canción que quieras con sólo escuchar dos segundos (como hacía a los 3 años cuando sonaba 'La Isla Bonita'), pero seguro que exageran. Dame un escenario de karaoke y te la lío parda. El paraíso existe, y está en una sala de conciertos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *