Anna Andreu (Fabra i Coats, 24/11/20)

Anna Andreu (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Si alguien me hubiera dicho en aquél lejano 25 de febrero en el recital de Tindersticks en el Palau de la Música que ese iba a ser mi último concierto en sala en los siguientes 9 meses le habría tomado por loco/a. “Sí, claro, y ahora me dirás que será por culpa de una epidemia mundial, jajaja!“, habría podido contestar entonces, mofándome de la persona en cuestión y pasándome de listo. Pero aquí estábamos, 9 meses después, celebrando de manera desmesurada que volvíamos a ir de concierto en recinto cerrado, en la Fabra i Coats, aunque fuera en un contexto extraordinario de ley seca y con las salas de conciertos seriamente amenazadas con posibles cierres definitivos. El actual contexto nos ha vuelto a enseñar que hay que disfrutar de las pequeñas grandes cosas mientras se pueda, no sea que mañana ya no nos dejen. Así que con ese espíritu iba a quitarme la espinita de ver en directo a la ‘culpable’ de uno de mis discos preferidos de este maldito 2020: Anna Andreu, que tenía que presentar su precioso álbum de debut ‘Els Mals Costums‘ al poco de empezar el confinamiento y lo acabó haciendo a finales de noviembre. Esto sí que ha sido un ‘part’…

Anna Andreu (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Y claro, fue una noche de emociones a flor de piel y palabras que tropezaban con el recuerdo de meses duros. Conmovida y agradecida se presentó Anna, tras el sold out en el primero de los 4 conciertos que tiene esta semana, algo casi inaudito en tiempos de pandemia (jueves 26 en el Ateneu de St. Cugat, viernes 27 en la Lliga de Capellades, y domingo 29 en la Nova Jazz Cava de Terrassa). Y arropada por su inseparable Marina Arrufat a la batería y teclados, empezó a puntear las notas de ‘Els Mals Costums’, para meternos en su particular mundo poético tejido de complicidad. Como ellas dicen, son “energía”. La magia de miradas recíprocas que brillan y nos meten en atmósferas de una intimidad que casi da apuro estar allí mirando y escuchando, en un acto de voyeurismo irresistible. “I em dius et vull, amb la cara freda i l’incendi dins“. Sonrisas de ida y vuelta que se mecen en melodías de una delicadez que nos aísla de las tragedias externas, y también de las internas. Todo lo contrario de un ‘calvari’…

Marina Arrufat i Anna Andreu (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)
Anna & Marina (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

‘Gem’ fue la primera de las invitadas ajenas. Un tema de Anímic, la banda de Ferran Palau y Louise Sansom, también detrás del sello Hidden Track que edita el disco de Anna Andreu. Más parejas, más complicidades. ¿El amor como motor creativo? ¿Acaso hay algo más creativo (y destructivo, también es verdad…) que el amor? ¿Y hay amor más grande que el de Leonard Cohen y su musa Marianne Ihlen, inmortalizado en canciones como ‘So Long, Marianne’? La épica legendaria de los amores longevos. ¿Leyendas urbanas en tiempos de Tinder y toques de queda? Benditas anomalías malditas cuando nada parece normal, si es que hay algo que lo sea. Percibir la magia de las complicidades ajenas y no poder evitar sentir envidia y nostalgia por lo que fue y se quedó por el camino, entre zarzas de miedos y silencios. “Quina mala sort, quantes coses que no som“…

Anna Andreu (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

El trayecto nos lleva también al pasado de Anna en Cálido Home, con ese ‘Gos Salvatge’ que quizás puedas ser tú y quizás pueda ser yo. El ‘Torrent Sanguini’ se nos acelera con la susodicha, y nos deja a las puertas de un final que no queremos que llegue aunque sí queramos que lo hagan las canciones reservadas para ese agridulce momento: para empezar, un nuevo tema sin nombre al que hoy bautizan como ‘El Mur’, y nos hace pensar en cuántos muros caerán más pronto que tarde como ya lo hicieron otros antes. El clímax emocional llega con una de las canciones más bellas que he escuchado este año: ‘El Crit Al Cel’, con nudo en la garganta de Anna cuando la presenta recordando a todos nuestros padres en tiempos de riesgo. Y miedo es precisamente lo que sentía de pequeña cuando escuchaba ‘Canción del Jinete’, el poema de Lorca musicado por Paco Ibáñez que también a mi me recuerda a mi infancia. Padres, infancia… volvemos al amor, en sus múltiples formas. Sea cual sea tu propia espiral, todo acaba llevando a lo mismo. “D’aquelles manies, aquests mals costums; nit a nit, dia a dia, cada cop són més“. No hay escapatoria, así que tendremos que adaptarnos, como hacemos siempre…

Marina Arrufat (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)
Anna Andreu (Foto: Ignasi Trapero i Martínez)

Tracklist:

  • Els Mals Costums
  • El Calvari
  • Gem (cover de Anímic)
  • El Desfici
  • La Riuada
  • El Part
  • So Long, Marianne (cover de Leonard Cohen)
  • El Que No Som
  • Gos Salvatge (cover de Cálido Home)
  • Torrent Sanguini
  • El Mur
  • El Crit Al Cel
  • Canción Del Jinete (cover de Paco Ibáñez / Federico García Lorca)

Bis:

  • El Mur
Escrito por

Rarito como un tema de Sonic Youth; me excito con el ‘Psycho’ de los Sonics; si me cabreo, Pistols, RATM, Sandré, riot grrrls o Los Punsetes; me ponen igual soul, r’n’b, ye-yé, garaje, punk, r’n’r, indie o brit-pop. De mayor quiero ser Patti Smith, Iggy o John Waters. Ateo hasta que conocí a PJ HARVEY. Fui negro en otra vida… y hago el impostor como periodista musical y deportivo en radio, TV, webs y revistas varias.

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