Una majestuosa luna llena tiñe de plata el Mediterráneo en lo que parece un homenaje a la más infecciosa y sucia máquina de blues y rock del reino. El castillo, sólido y fuerte, se alza sobre la ciudad erguido y en silencio, con millares de historias de grandeza y dolor en la memoria de sus paredes. Son tiempos extraños y de largos silencios pero esta noche vamos a aullar al sagrado satélite que cada vez brilla con más intensidad como esos lobos que tanto les gustan al dúo maldito de Utrera.



Oscuridad y destellos de luces rojas hacen que parezca que en el patio de la fortificación haya empezado un baño de sangre. Tan sólo son Pedro de Dios Barceló (voz, guitarra y armónica), Carlos Jimena (batería y percusión) que empiezan con su particular liturgia danzando “Como Una Serpiente”. Va a ser una noche de mujeres fatales, de esas que hieren sin navajas y a pesar de todo les gritamos desesperados: ¡“No Te Vayas”!
La noche no nos intimida ya que “Duermo Con Serpientes” y como el rojo es el color del malvado desastre reconocemos necesitar un exorcismo fulgurante mientras suena “Tengo El Demonio En El Cuerpo”. Una espontánea sale a escena por primera vez y se contornea compulsivamente mientras fornica con el escenario y danza invocando al espíritu de Robert Johnson sin necesidad de estar en un cruce de caminos.


Lloramos por el gélido y rígido amor de “Milana” y el beso que le damos sabe a cadáver, no hace falta iniciar ritos vudú para acabar con la vida de un gato con la punta del zapato. La espontánea vuelve a tomar la escena y sus melenas eléctricas nos indican el camino de la “Calle 24”. Cuatro velas nos anuncian otra ejecución. Ciertamente, “Lo Mataron”, ese tipo siempre dio mala espina. “Huele a Rata” y las “Palomas Negras” son augurio de que hicimos lo correcto. “Estamos Rotos” y ya prácticamente no nos importa. “Navajazos” nocturnos no hieren tanto como la maldita “Lorena”.
Y la noche muere ante la eterna dicotomía de si es mejor matar o ser asesinado, pero lo importante es que ese podrido silencio que últimamente es dueño de todo ha sido derrotado. Ni que sea por un par de proscritos durante el periodo de una hora y cuarto. Menos es nada.
