Dos días después del concierto de The Brian Jonestown Massacre, volvíamos a Apolo para reencontrarnos con una de las grandes figuras del rock americano contemporáneo: Angel Olsen. Fieles a nuestra cita bianual (tras el concierto en la Barts de 2018 y el de Razzmatazz en 2020) recibíamos a la artista de St. Louis para degustar en directo las canciones de su disco ‘Big Time’ (2022), que admito que no me ha calado tanto como trabajos previos como ‘All Mirrors’ o, claro, ‘My Woman’. Cosas de mis problemas de intolerancia sonora con el country, supongo… fuera como fuera, el doble cartel se convertía en un magnífico aliciente para un viernes de sonidos melancólicos y suaves… o no tanto.

Empezando por Sarah Beth Tomberlin, bajo la identidad artística que le da su apellido. Había muchas ganas de verla tras su reciente álbum, ‘I Don’t Know Who Needs To Hear This…’, y el también delicioso EP ‘Projections’ que nos ayudó a pasar el confinamiento en 2020. Aseguró tocar por primera vez en Barcelona, si bien esto sólo es exacto si hablamos de shows en sala (tocó en el Primavera Sound de 2019). Y lo cierto es que nos sedujo con una propuesta de indie folk aparentemente sencilla (su guitarra y su voz), pero de profundidad emocional de alto calado, aumentada por la simpatía y esa especie de timidez desenfadada que mostraba entre canciones. Y si hablamos de canciones, nos hipnotizó y logró el milagro del silencio en la sala con temas como ‘Wasted’, ‘Stoned’, la versión del ‘Natural Thing’ de Casiotone For The Painfully Alone o la preciosa ‘idkwntht’ con la que nos invitó a cantar repitiendo el “I don’t know who needs to hear this. Sometimes it’s good to sing your feelings” de la letra.

Y llegó el momento, cuando pasaban 5 minutos de las 21h. Primero salió el fantástico sexteto de acompañamiento, vestidos en colores distintos, como una especie de Parchís de sonidos Americana: Stewart Bronaugh ‘Lionlimb’ (guitarra), Nona Marie (teclados), Emily Elkin (cello), Alex Guy (violín), Sam KS (batería), y Emily Elhaj (bajo). Y, finalmente, ella. Vestida de amarillo, desafiando supersticiones absurdas, escotada y con el desparpajo habitual, Angel Olsen salió primero con la artillería de terciopelo: canciones mansas de ‘Big Time’ como ‘Dream Thing’ y sus peleas de 25 años de miedos; baladas country de amor escritas a medias como ‘Big Time’; masajes auditivos como esa ‘Ghost On’ que hizo llorar a la chica de mi derecha, hasta quitarse las gafas para secarse las lágrimas; o el descarnado mensaje a corazón abierto de ‘Right Now’.

El segundo capítulo de la noche, eléctrico y fiero, empezó con la broma ya recurrente (también la hizo en 2020 en Razz) de que iba a tocar una canción que compuso el día anterior inspirada por un paseo nocturno: y empezó a sonar la celebrada ‘Shut Up Kiss Me’, evidenciando la solidez de una banda compacta, sin fisuras, fuera cual fuera el registro en el que se iba mimetizando, según lo pedía el repertorio. Siguiendo con la intensidad, tras interactuar con el público sobre puentes o iglesias donde casarse esa noche, ‘Give It Up’ le puso más fuego a la velada, en un juego de contrastes y exhibición de músculo vocal y musical.
Llegó el momento de los sintetizadores, con la majestuosa ‘All Mirrors’, donde Angel volvió a lucir unas cuerdas vocales y una caja torácica privilegiadas. En una de las múltiples apariciones en el escenario (poco después saldría para aguantar el xilofón de Stewart), el roadie (Max) le colocó enganchado al micro un papel con la letra de ‘Not Gonna Kill You’, mientras mrs. Olsen bromeaba sobre su mala memoria. La diva de St. Louis volvió a crecer con la majestuosa épica de ‘Go Home’, y a esas alturas de la película ya no teníamos ninguna duda de que estábamos asistiendo a su show más redondo, incluyendo los dos previos antes citados.
De vuelta a la música de raíces, ‘Sister’ y ‘All The Good Times’ volvieron a poner el foco en la fuerza del colectivo, con la puntilla de ese fantástico dúo de cuerda que forman la violinista Alex y la cellista Emily, que ya la habían acompañado en la gira anterior. Y el clímax llegó con una de las joyas más mayúsculas del repertorio de Olsen: esa ‘Chance’ que podría estar entre los grandes clásicos de la música orquestada de los 60, al lado de piezas atemporales de Phil Spector o Burt Bacharach: un piano que marca el camino, una sección rítmica que le da cuerpo, unas cuerdas que elevan la canción hasta el cielo y más allá, y, por supuesto, una VOZ que cambia de registro sin aparente esfuerzo hasta alcanzar lo más hondo de tus emociones. Sublime.

Tras una merecidísima ovación para que la banda volviera al escenario, las 7 fantásticas (5 mujeres y 2 hombres, algo aún tristemente inusual) decidieron ponerle el broche a la noche con una versión de karaoke: el clasiquísimo ‘Without You’ de Badfinger (aunque popularizada por Harry Nilsson). Y sus famosas lineas son un buen resumen de lo vivido en Apolo: “Well, I can’t forget this evening. And your face when you were leaving. But I guess that’s just the way the story goes. You always smile, but in your eyes your sorrow shows (…) I can’t live, if living is without you“… Angel Olsen, la dicharachera triste que, entre pérdidas familiares, salidas del armario y carruseles emocionales, te acuchilla las entrañas para comerse tu corazón. Y, aún así, pillándola in fraganti con boca y manos sangrantes y con restos de tus propias vísceras mientras pone cara de no haber roto nunca un plato, no podríamos vivir sin ella y la haríamos dichosa reina de nuestra propia república.
Setlist Angel Olsen:

- Dream Thing
- Big Time
- Ghost On
- Right Now
- Shut Up Kiss Me
- Give It Up
- All Mirrors
- Not Gonna Kill You
- Go Home
- Sister
- All The Good Times
- Chance
Bis:
- Without You (cover de Badfinger)
Setlist Tomberlin:

- Any Other Way
- Wasted
- Sunstruck
- Stoned
- Natural Light (cover de Casiotone For The Painfully Alone)
- Tap
- Happy Accident
- idkwntht