“¿Qué hacías tú el día que murió Kobe Bryant?“, preguntarán algunos de aquí a un tiempo, tras una de esas noticias que te dejan tan en shock que se te queda impregnado en la memoria el momento en que te enteraste. En mi caso, tendré que decir que lo supe por un muy buen amigo melómano (el mismo por el que me enteré de la muerte de Bowie), estando en Razzmatazz entre el concierto de Hand Habits y el de Angel Olsen. Haciendo tiempo entre los dos shows, unos cuantos empezamos a mirar incrédulos las redes sociales para asegurarnos de que algo tan impactante no era una fake new, sino algo que había pasado realmente. Algo terrible, en un contexto de belleza sonora sublime. Las dos caras de la existencia enfrentadas, diciéndonos a gritos que aprovechemos estos buenos momentos que pueden torcerse en cualquier momento. Como un amor que creías eterno y se rompe, y te retuerce, y te hace añicos. Como una canción de Angel Olsen.

La noche empezó con la grata sorpresa de Hand Habits, la banda de Meg Duffy. La neoyorquina había acompañado en sesiones o giras a artistas de la talla de Kevin Morby o Weyes Blood, y desde 2017 tiene su propio proyecto, que cuenta ya con dos álbums: ‘Wildy Idle (Humble Before the Void)’ y el reciente ‘Placeholder’ que presenta en este tour. Indie folk delicado que pone en escena a la guitarra y acompañada de sección rítmica de bajo y batería. Bellas canciones como la que da nombre al disco, ‘Can’t Calm Down’, ‘Jessica’, ‘All The While’ (de su debut) o el ‘The Only Living Boy In New York’ de Simon & Garfunkel. Una bonita entrada para ponernos el alma a punto para las emociones de después.

En la última visita de Angel Olsen en sala Barts la habíamos visto sola, recuperando viejos temas y presentando un disco de versiones (‘Phases’). Pero esta vez el contexto era distinto. Venía con banda, y con un disco bajo el brazo como ‘All Mirrors’, con una orquestación majestuosa y mucho más ampulosa que sus trabajos anteriores. Y eso, lógicamente, se trasladó a un directo centrado en este álbum que tantísimas publicaciones han elegido entre sus favoritos de 2019. Con 5 minutos de retraso, Angel y sus 6 músicos de acompañamiento salieron al escenario de Razzmatazz dispuestos a sedarnos con historias de desamor y ruptura para desafiar nuestras mochilas emocionales cargadas de pesadas piedras afiladas.

Mrs. Olsen empieza al teclado en ‘All Mirrors’ y ‘Spring’, vestida de negro con flecos y su habitual peinado que desafía la gravedad. La gravitatoria y la de sus letras recientes marcadas por una ruptura y una depresión que la llevó a enfrentarse a todo sus demonios internos. Quizás los mismos de esa chica en primera fila que llora ya en la primera canción mientras la graba con el móvil. Con una propuesta más barroca que folk, apoyada en cello y violín y un telón de fondo que sitúa a la artista norteamericana y sus músicos en una especie de palacio imaginario donde bailan fantasmas y vísceras, en danzas intensas y desgarradoras que son un grito de auxilio. Pero con esa voz prodigiosa de Angel que te lleva de viaje en ‘Lark’, entre subidas y bajadas de vértigo que no cesan en ‘Summer’.

Cuando ya te ha removido y sacudido por todos los lados, llega el momento de matarte suavemente, hundiéndote con delicadez el cuchillo con dulces susurros con apariencia de nana y potencial mortífero (‘Tonight’). La pausa de su último disco también llega en voz baja agridulce (‘Sister’), antes de levantar el vuelo con ‘Sweet Dreams’ y “una canción nueva” que, haciéndose la remolona, dice no haber tocado mucho: sí, se trata de uno de sus grandes éxitos, ‘Shut Up Kiss Me’, que en su anterior visita no pasó de un breve tarareo.
En la recta final, y en ese tramo más guitarrero, coge protagonismo ‘Burn Your Fire For No Witness’: ‘Forgiven / Forgotten’ nos incendia el alma (y me hace pensar en las Breeders), y nos deja exhaustos para volver a matarnos con guitarra y voz celestiales y la estremecedora ‘Windows’. Volviendo al presente más reciente, ‘Endgame’ continúa nuestro proceso de deconstrucción emocional, que se culminará con Angel sola con su guitarra llevándonos a los ’50 con ese canto al final de la toxicidad que es ‘Unfucktheworld’. A mi izquierda, otra chica llora por fuera, y quizás yo mismo también lo hago por dentro.
Pero a la terapia de hipnosis le queda aún un último capítulo, en forma de bis. Y menudo capítulo: la excelsa ‘Chance’, que nos recuerda que ese espacio entre tú y yo podría ser nuestra última oportunidad. La que nos merecemos, después de tanto sufrimiento. ¿Por qué no me dices que estarás conmigo con todo tu corazón? ¿Por qué no? ¿Por qué…?

Setlist:
- All Mirrors
- Spring
- Impasse
- Lark
- Summer
- Tonight
- Sister
- Sweet Dreams
- Shut Up Kiss Me
- Forgiven / Forgotten
- Windows
- Endgame
- Unfucktheworld
Bis:
- Chance