Mails de última hora. Cambio de planes. Cámaras, luces, acción. Llegar a Apolo y que sólo haya cola para comprar merchandising de The Brian Jonestown Massacre. Acceso a la derecha del escenario. Meternos en el foso y que empiece a sonar la psicodelia. El gorro con pluma de Anton Newcombe. El futuro es tu pasado y sólo tienes que llegar. Guitarras en loop que suben y bajan. Realidades que se deforman y acaban en toboganes de arco iris con final incierto. Canciones escritas y grabadas en un solo día. Divertimentos en tiempos de pandemia. ‘Pish’ es gloria bendita en corrientes circulares en el tiempo. Leve balanceo de cabeza. Leve balanceo de cadera. Espera un minuto, o 230, hasta que llegue la anémona entre tintineos de pandereta y la vida se convierta en algo bello. En un espacio donde no caben malditos vecinos egoístas, ni marrones de curro, ni subnormales gritando por teléfono en el metro, ni mediocridades políticas. Cierra los ojos y déjate llevar escuchando el canto de pájaros nocturnos, porque night time is the right time, que cantaban los Sonics. ¿Crees que bromeo? Ricky se desgañita jugando con la guitarra, y Hákon parece Jim Jones con esas gafas y ese peinado. El de la masacre. Menudo pirado. A menudo desearía ser como él.

Llegan dos tipos a grito pelado y el Garantías les hace callar, que le arruinan el documento sonoro. Mi respeto se convierte en idolatría. No dejéis que me meta en vuestro camino, porque si seguís hablando seré yo el que tome el relevo y os diga que bajéis la voz. Y lo hago, claro. ¿Por qué? Porque hemos venido a escuchar a la banda, no a dos lerdos con incontinencia de lengua. Anton pasa las páginas del archivador para no olvidar las letras de las canciones. Se mete gratuitamente y sin venir a cuento con los King Gizzard y saca pecho de su carrera de banda de culto con logo icónico como pocos. El fuego no crece en los árboles, pero toca mirar atrás. Personas que se encuentran entre whatsapps y linternas del móvil, de arriba a abajo, de abajo a arriba. Sala llena, gritos, sudor. Cuando los comodines ataquen ya no habrá solución. Navega entre sones hipnóticos que vienen del más allá. O quizás del más acá. Déjame decir una palabra más. O quizás sean dos. O tres…cientas. Y aunque te sientas como un barco abandonado, aún nos queda un último baile de fuego y sexo que sabe a Stooges. Follemos de menos a más. Collin y Uri marcan el ritmo, y nos movemos lascivos, entre tejanos y pensamientos ajustados. Más. Y más. Y más. Y más. Mentes sexuales inefables. Llegamos al clímax. Dos horas del tirón, a trompicones. Y ni una pasa de virus estomacal ha podido con ellos. Quizás no haya llegado a masacre, pero hemos acuchillado fantasmas del presente para desquitarnos de todo aquello que nos oprime entre pecho y espalda. Que no es poco…

Setlist:
- We Never Had A Chance
- The Future Is Your Past
- Fudge
- The Real
- Do Rainbows Have Ends?
- #1 Lucky Kitty
- Pish
- Wait A Minute (230 To Be Exact)
- Anemone
- Nightbird
- Your Mind Is My Cafe
- You Think I’m Joking?
- Don’t Let Me Get In Your Way
- Forgotten Graves
- The Mother Of All Fuckers
- Drained
- Nevertheless
- Servo
- When Jokers Attack
- Sailor
- A Word
- Abandon Ship