Una vez finalizada la 20ª edición de uno de nuestros festivales preferidos, el
In-Edit, te damos nuestras impresiones sobre algunas de las historias que hemos podido disfrutar en estas dos últimas semanas en las salas de los Multicines Aribau de Barcelona. Recuerda que algunos de estos documentales históricos que ha recuperado este año el festival para celebrar el 20 aniversario se pueden rescatar en
In-Edit TV, o en plataformas como
Filmin. Este primer capítulo va a cargo de
Álex Vidal.
Meet Me in the Bathroom
El hype del festival resultó ser una recopilación deshilachada de vídeos de la handycam de Adam Green y de The Strokes sin apenas hilo conductor, basada en la nostalgia de aquella época, de cuya fundación ya se han cumplido veinte años con holgura. Deja muchos grupos de la escena fuera del foco, pero que, además, tampoco profundiza en la historia de los protagonistas: el éxito fulgurante y las tensiones en el seno de The Strokes y los demonios de Karen O, líder y vocalista de Yeah Yeah Yeahs. Solo cuando entra James Murphy en la historia parece que este es capaz de enderezar una narrativa con contenido (y mucha ironía).
A Film about Studio Electrophonique
Una joyita, filmada con mucho cariño, sobre Ken Patten, exaviador de la RAF, mecánico de profesión y aficionado a la electrónica, y el estudio de grabación que montó en un anexo de su casa de protección oficial de Sheffield donde bandas míticas de la escena británica grabaron sus primeras demos por unas libras cuando sus carreras no era aún más que sueños de juventud. James Leesley, que publica bajo el nom de plume que toma prestado de «el estudio de Ken» (que es como lo conocía todo el mundo en Sheffield), indaga en la historia de Ken Patten mediante testimonios de vecinos, músicos y familiares. El resultado es un documental bien narrado, tierno en su humildad, y que acaba robando el corazón por ese amor desinteresado a la música y a la comunidad.
Soul Train: The Hippest Trip in America

Formalmente impecable, de narración resolutiva, dinámica (como los bailes que documenta) y directa al grano, cuyo contexto es tanto o más importante que el hecho musical en sí: la segregación racial (y social y económico que se deriva de la primera) y que se puede extrapolar a muchas otras sociedades (¿estáis pensando en Morad? Pues por poner solo un ejemplo.)
We Love Rocksound

Hecho por y para los fans de la mítica y tristemente derrocada sala barcelonesa de Rock. El
wrecking ball que tumbó las paredes de una escena minoritaria y obviada por los medios es también símbolo de los tiempos en el que lo no normativo sobrevive como puede. Hay mucho cariño puesto, pero también es un productor nostálgico dirigido a la fiel parroquia del Rocksound.
Italo Disco: The Sparkling Sound of the 80s

Interesante y muy disfrutable análisis del sonido que conquistó las listas y performó los espacios de ocio en Europa durante los ochenta, y que acabó influyendo en sonidos posteriores como el house. Mantiene el ritmo en todo momento, y cabe destacar, de entre las entrevistas, los análisis del sociólogo Ivo Stefano Germano, certeros y divertidos.
I Get Knocked Down

Valerosa puesta en escena de las contradicciones que en las que Dunstan Bruce, excantante del grupo anarcopoppunk Chumbawamba, ha incurrido e incurre en una vida dominada por la rabia anticapitalista y la necesidad artística. Acosado por su alter ego-conciencia, enmascarado con el busto del bebé del disco “Tubthumper”, evita la condescendencia… hasta el cuarto de hora final, en el que la voz de la conciencia acaba amordazada. Agridulce y muy recomendable.
Anvil: The Sound of Anvil

Otro rescate de la perspectiva de los 20 años del In-Edit, la historia del fracaso de Anvil se puede leer también como la de dos muñecos rotos en una sociedad que te consume hasta dejarte en los huesos. Muy alabado por el público, aunque, en realidad, si no tuvieron suerte… eran porque sus canciones (¡lo siento!) son muy mediocres.
Anonymous Club

Quien sufra del síndrome del impostor o impostora empatizamos con Courtney Barnett y compartimos sus demonios. Danny Cohen ilustra las reflexiones del dictáfono de Barnett sobre el hecho artístico, sobre la soledad, sobre el sentido de salir de gira, sobre la sinceridad y la verdad, desde un punto entre la cercanía y la distancia que sublima esa atmósfera íntima y confesional.