Sexta jornada del Primavera Sound 2023 y última en el Parc del Fòrum. Un sábado en el que la organización ha compartido los datos oficiales de asistencia: 193.000 espectadores acumulados en las jornadas en el Fòrum, y 253.000 si añadimos también los espectadores a los conciertos del #PrimaveraALaCiutat, con un total de 317 shows. Cifras inferiores a las del año pasado (220.000 el primer fin de semana y 240.000 el segundo, más 40.200 en el Primavera A La Ciutat, 20.000 de los cuales en la jornada del miércoles), que se han traducido en una mayor comodidad en la experiencia, sin tantos agobios en los conciertos ni tantas colas para comida, bebida o baños. Cabe reseñar dos hechos negativos, como la muerte de un escocés de 57 años el miércoles a la salida de Pet Shop Boys, cuando fue atropellado por el tranvía, así como la detención de un hombre por agredir sexualmente a una turista en el recinto. El festival se cerrará este domingo con el Brunch Electronik y los últimos conciertos en sala antes de desplazarse a Madrid, en la primera edición en la capital del Estado. Ah! Y el Primavera Sound Barcelona 2024 ya tiene fechas: las jornadas centrales en el Parc del Fòrum serán del 30 de mayo al 1 de junio del año que viene.

Fue un sábado en que se vieron unas cuantas camisetas del Barça femenino en el recinto (el equipo se proclamó campeón de la Champions esa tarde por segunda vez en su historia. pero ya puestos a hacer crónica deportiva, barro para casa y comento también que el Europa femenino ha subido a la segunda división, cosa que me hace bastante más ilusión). vovliendo a la música, que me desvío, empezábamos con Bar Italia, protagonistas de uno de los discos más resultones que nos han llegado desde las islas británicas en lo que llevamos de 2023, ‘Tracey Denim’. La banda del compositor, productor y artista conceptual Dean Blunt llegó, tocó y se fue sin grandes dosis de expresividad, en un show de pop disonante en el que tocaron hasta 10 de las nuevas canciones (‘Punkt’, ‘Changer’, ‘NOCD’, ‘Changer’…), pero también recuperaron otras anteriores como ‘Banks’. la banda de North Carolina Wednesday son todo lo contrario: la vocalista Karly Hartzman es toda simpatía, y tanto te agradece a una pareja que les recomendó un buen restaurante en Barcelona como te desgarra la voz en canciones donde rock de raíces y distorsión noise rompen cualquier atisbo normativo. Y si encima se mete con la multinacional que patrocina el escenario en el que están tocando, tiene todos nuestros respetos.

Siguiendo con la juventud, divino tesoro, nos fuimos para Mordor para volver a encandilarnos con Arlo Parks. En noviembre de 2021, cuando visitó la sala Apolo, te decíamos que teníamos la sensación de haber vivido un show histórico y el despertar de una nueva estrella, y entre ‘Caroline’ y ‘Black Dog’ ella mismo mencionó ese show, asegurando que lo recuerda como uno de los más emocionantes de su carrera. Una semana después de publicar su segundo disco, ‘My Soft Machine’, y ya en el escenario grande del festival, Arlo volvió a hacer gala de una presencia escénica y una cercanía con la que nos gana por completo, acompañada por una banda compacta e igual de joven que ella. El set fue corto, de tan sólo 9 canciones, y únicamente 4 del nuevo disco (‘Bruiseless’, ‘Weightless’, ‘Blades’ y ‘Devotion’), y además de recuperar otros temas del debut como ‘Hurt’, también tocó el ‘Sophie’ de sus inicios y la canción que sacó el año pasado, ‘Softly’, con la que acabó el concierto.


Mientras Surf Curse hacían botar a la audiencia como meses atrás en Razzmatazz, se iban sucediendo artistas ya clásicos como My Morning Jacket y su rock de raíces americanas o, directamente, históricos, como John Cale (en una clase colosal que incluyó el ‘I’m Waiting For The Man’ de la Velvet…) y Laurie Anderson en l’Auditori. Otra banda de larga trayectoria son Be Your Own Pet, que días atrás anunciaban su primer disco en 15 años (justo el tiempo que recordaron que hacía que no tocaban en Barcelona). Y como no podía ser de otra manera, la liaron con un divertidísimo show efectivo y adrenalínico de canciones punk pop de 2 minutos en que la cantante Jemina Pearl acabó haciendo la cucaracha por el escenario y el guitarrista Jonas Stein tocando con los dientes. Y sí, tocaron el single que presentaron días atrás, ‘Worship The Whip’.

Y lo de St. Vincent es de otro planeta. Si en su visita al Vida de 2018 nos enamoró por completo con la fuerza de la guitarras y la electrónica, en esta ocasión el show se decantó más hacia los sonidos más funk y glam de su último disco, ‘Daddy’s Home’. Simpática y sexy a más no poder, vestida de negro y de rubia platino, seganó aú más a la gente (bueno, a lo locales, que no seríamos mayoría) al asegurar que “todo el mudo tiene una ciudad favorita y yo me he enamorado de Barcelona” antes de entonar ‘New York’ subida entre el público. Acompañada por una banda a la altura de la circunstancias, volvió a exhibirse en un show que pasó por distintas épocas de su trayectoria, con paradas en imprescindibles como ‘Los Ageless’ o ‘Fast Slow Disco’, y hasta con exhibición final a capella.

En el momento de cerrar esta crónica aún faltaban conciertos reseñables como Caroline Polachek, The War On Drugs, Gilla Band…. como curiosidad, reseñar que el concierto de Kelela se retrasó por culpa de una incidencia técnica que hizo que la artista de Washington se alargara más de lo previsto y se solapara con el inicio del show de Manneskin en el escenario de justo al lado, con lo que tocaron a la vez durante unos instantes hasta que no la dejaron acabar su set.

*Crónica elaborada con la colaboración inestimable de Rubén García y Álex Vidal.
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