Tercera jornada del Primavera Sound 2023, y primera en el Parc del Fòrum, con los habituales conciertos gratuitos para romper el hielo en el recinto central y abrir el festival a la ciudad. Tras el desastre organizativo del año pasado, una jornada que transcurrió sin grandes agobios ni colas desmesuradas, aunque habrá que esperar a la jornada del jueves (primera con todos los escenarios abiertos) para comprobar si la organización tomó nota de los muchísimos errores de 2022 que han dejado a mucho público habitual en sus casas con ese sentimiento de desamor hacia el festival cultivado en los últimos años (aún quedan entradas y abonos disponibles, algo nada habitual a estas alturas, algo que ha provocado ofertas y descuentos de última hora ligados a algunos patrocinadores del festival). El primer detalle que advertimos fue la disposición de dos de los escenarios, ahora decantados hacia el mar (intuimos que para reducir molestias a los vecinos próximos, cosa que entendemos y aplaudimos). Y otro detalle, las pantallas de los escenarios son verticales, siguiendo la estética de los reels de Instagram, Tik Tok y demás aplicaciones donde reina el postureo, como también en este festival que se ha convertido en pasarela de sponsors, influencers, consumismo y demás lacras de la sociedad contemporánea. Lamentablemente, también las fotos que está colgando el festival en sus redes son exclusivamente verticales. Desde aquí nos declaramos fans de la horizontalidad (estética, social, colectiva…) y contrarios a esta moda de la verticalidad jerárquica y profundamente egocéntrica.

Este año le tocó cortar la cinta del recinto a La Paloma, banda con la que servidor tenía un gafe, porque nunca había podido pillarles en las diversas visitas en sala que ya habían hecho en Barcelona (la noche anterior estuvieron en Apolo en el Primavera a la Ciutat, y mínimo un par de veces también habían tocado en la Vol). Y no sé si fue por las ganas que tenía de verles en directo, o por lo muchísimo que estoy disfrutando el excelente disco de debut que sacaron este año (‘Todavía No’), pero el concierto fue una manera inmejorable de estrenarnos en el Fòrum. Las dudas sobre si el escenario se le haría demasiado grande a la banda quedaron disipadas enseguida con un sonido sólido, compacto y eléctrico. Y, para ser una banda con una trayectoria aún corta, demostraron una actitud digna de unos veteranos: como en el disco, Nico y Lucas fueron alternándose en las voces mientras sacaban rayos eléctricos de sus guitarras noise-pop y Juan bombeaba sangre al combo a cada golpe de baqueta. Y, entre unos cuantos fans de Pet Shop Boys que ya guardaban sitio en primer fila para el concierto que iba a empezar 4 horas y media más tarde, nos colamos unos cuantos locales a cantar hasta desgañitarnos ‘No Es Una Broma’, ‘Polvo’, ‘El Adversario’, ‘Tiré Una Piedra Al Aire’ o, para acabar, las ya casi clásicas ‘Bravo Murillo’ y ‘Palos’. Si no les has visto aún, no te los pierdas la próxima vez: este verano estarán en un montón de festivales, y como nos decían en una entrevista semanas atrás, a finales de año gira de salas.

Con Jake Bugg apareció en el Parc del Fòrum la tropa guiri, y especialmente las primeras hordas de inglesxs. El músico de Nottingham celebra en esta gira los 10 años (ahora ya 11) de su celebrado disco homónimo, con el que recibió tantísimas comparaciones (siempre odiosas…) con Bob Dylan. Evidentemente, Bugg está a años luz del artista de Minnesota, pero sigue teniendo momentos resultones cuando recupera canciones como ‘Lightning Bolt’, ‘Two Fingers’ o esa bella ‘Broken’ que hizo al final y en solitario. Aún así, el show se acabó haciendo tedioso y anodino por momentos (aunque si les preguntáis a los guiris que por entonces ya llevaban 4 sangrías y 8 cervezas encima, seguro que te dirían lo contrario). Por contra, la grata sorpresa llegó con el show de los australianos Confidence Man. Y digo ‘show’ con toda sus letras, porque eso es precisamente lo que te ofrecen Aidan Moore y Grace Stephenson, acompañados de dos músicos más que tocan todo el rato con una especie de velo negro que les cubre totalmente la cara. Aidan y Grace son un espectáculo gimnástico y estético (con cambios constantes de vestuario, a cual más estrafalario), y levantan al público con canciones sencillas y directas de electro pop con reminiscencias a la música de baile de los 90, coreografías y un show dinámico y con mucho de autoparodia (esa sangre postiza, esos conos en los pechos a lo Madonna de Grace, ese quedarse sin camiseta de Aidan para regocijo de muchxs en el público…). Pero claro, te sueltan un ‘Feels Like A Different Thing’, un ‘Boyfriend’ (Repeat)’ o un ‘Don’t You Know I’m In A Band’ y es imposible quedarse parado. El primer fiestón del Primavera Sound 2023 en el Fòrum se lo concedemos, oficialmente, a ellos.

Y la jornada se cerraba con el plato fuerte: los Pet Shop Boys habían elegido Barcelona para ofrecer su primer concierto de este 2023, dentro de la gira ‘Dreamworld’ en la que repasan los grandes éxitos de 40 años de carrera. Y unos días después de su fallecimiento, Neil Tennant y Chris Lowe quisieron dedicarle el show a la gran Tina Turner. El dúo británico salió a escena con unas distópicas máscaras futuristas y estrenó la exhibición de hits con ‘Suburbia’, para deleite de una audiencia con una media de edad bastante superior a la habitual en el festival barcelonés y con amplia presencia de la comunidad LGTBIQ+. Y es que la banda británica representa como pocas la celebración de la vida, la tolerancia, el respeto, el amor hacia los demás, el orgullo de ser y sentir como unx quiera, y la voluntad de agrupar, reunir y cobijar en sus conciertos a personas de todo tipo y condición sin prejuicios ni mentes cerradas. Y, por si aún no nos habíamos dado cuenta, exhibieron músculo musical con una colección de éxitos propios y ajenos del que pocas bandas pueden presumir, y con un Tennant que conserva a la perfección su tan caracertística voz: ‘Rent’, ‘Left To My Own Devices’, ‘Domino Dancing’, ‘Heart’ o ‘It’s A Sin’ se combinaron con covers que se han hecho suyos como ‘Always On My Mind’ o ‘Go West’, o hasta un medley del ‘Where The Streets Have No Name’ de U2 con el ‘Can’t Take My Eyes Off You’ popularizado por Gloria Gaynor (aunque cantado originalmente por Frankie Valli). Les acompañaron tres músicos y dos farolas de atrezzo, y remataron la fiesta en el bis con dos clásicos más: ‘West End Girls’ y ‘Being Boring’. Indudablemente, una de las grandes bandas de la historia del pop. Y esto es sólo el aperitivo, amiguitxs…
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