Justo una semana después de la fiesta adolescente de Surf Curse, tocaba concierto adulto en el amplio abanico musical en el que nos encanta movernos. Habían pasado tan sólo 24 horas desde el delicioso show de M. Ward y ya volvíamos a estar en La 2 de Sala Apolo, esta vez para disfrutar de otro recital que también se había suspendido por la pandemia meses atrás. Y es que han tenido que pasar 16 meses desde que Joana Serrat publicara el magnífico ‘Hardcore From The Heart‘ (Great Canyon Records, 2021) para poderlo presentar al fin en Barcelona. Aunque, de hecho, técnicamente podríamos decir que ya tocó dos canciones del álbum en esta misma sala días antes de sacar el disco, cuando nos visitó para hacer una entrevista y un acústico en el programa de radio de Indie Lovers desde l’Estudi de l’Apolo, a escasos… ¿5 metros del concierto de anoche?

Joana salió bien flanqueada por los Great Canyoners para defender las canciones de un disco que unos cuantos miembros de esta web coincidimos a elegir entre nuestros preferidos de 2021: su hermana Carla a los teclados, su hermano Toni a la batería, Rubén Alcázar al bajo y dos guitarras desequilibrantes en los extremos que ríete tú de Dembelé y Raphinha: Vidal Soler a su izquierda y el ahora miembro de Mishima y productor Bernie Sánchez al otro costado, volviendo a jugar en casa. Un sexteto fantástico con el que olvidar rotos, durezas y cirugías de ventrículos lastimados.

Y, quizás como una declaración de intenciones, la artista de Vic empezó la catarsis mirando atrás con esa reverberación de un corazón solitario que anduvo presente todo el recital, entre fríos vientos del Oeste y sombras de un tiempo inclemente. Paseos en pecado por caminos donde se mezclan sonidos de raíces americanos con dream pop ensoñador, valga la redundancia. Sonidos metálicos que flotan etéreos entre aristas de almas rotas, en cruces de caminos donde siempre, o casi, solemos elegir mal. Y por muchos tiras-y-aflojas que afrontemos, entre arranques de fieras guitarras y cabezas que van arriba y abajo, el mismo rostro siempre acaba estando allí donde vas, para bien y para mal, en un extraño juego de placentero dolor flotante. Y aunque te preguntes y busques maneras de que ese amor haga el camino de vuelta como un boomerang, aparecen los demonios en pantuflas en cualquier habitación de hotel donde todo resuena con un eco ensordecedor y la cama es tan grande que el final se convierte en horizonte. Cuando llegas a ese punto sólo queda invocar a PJ Harvey y dejar que todo el dolor fluya río abajo (y que el “…throw your pain in the river to be washed away slow…” de la británica se convierta aquí en “…let it be washed away into this sea that’s running under this bridge…”).

Pero el canto a la fantasía aún no acaba. Joana sale sola para sacar esa bestia salvaje que lleva dentro, y sin necesidad de grandes zarpazos, hace que nos desangremos con la increíble belleza de unos punteos de guitarra y una voz celestial. Y es que desarma mucho más la desnudez que la hipérbole barroca, hablemos de lo que hablemos. Aunque a alguno de los allí presentes no le guste la calor, echamos de menos el verano y la luz (tanto la estival como la que deja en la penumbra a nuestra paciente cardíaca durante todo el set). I tots nosaltres també cremem per dins, Joana, en un ball col·lectiu d’ànimes obertes en canal per cançons que, com algunes persones, semblaven una altra cosa…

Ya otra vez con el sexteto al completo, toca hacerlo fácil para enebrar un final feliz con el que coser las heridas y las dudas. Una vez disipados los negros nubarrones, sentimos el brillo de una canción pop dibujada sobre un collage de fotos y recuerdos naïve que, a pesar de todo, nos hacen sentir la euforia de esos amores en caída libre en que atravesamos puertas y más puertas. Nos caen riffs de guitarras como rayos de sol que iluminan nuestras fugaces sonrisas. Y, de vuelta a la realidad, toca buscar el camino de salida que nos lleve nuevamente al punto de partida, sorteando una selva de lamentos, sollozos y rasguños de gravedad diversa. Y cuando acabe la catarsis, si las lágrimas son de alegría y pura emoción, querrá decir que has conectado con todas estas almas a las que miras desde el escenario y que, seguramente, han cerrado sus desgarros contigo, ni que sea un poco. Y ahí radica la magia y la belleza de todo esto que hacemos, casi sin saber por qué…

Setlist:
- Lonely Heart Reverb
- Western Cold Wind
- Shadows Of Time
- Walk In Sin
- These Roads
- Tug Of War
- You’re With Me Everywhere I Go
- How To Make You Love Me
- Demons
- Under This Bridge
- Hotel Room 609
Bis:
- Wild Beast (sola)
- Summer Never Ends (sola)
- Cremo Per Dins (cover del ‘I’m On Fire’ de Bruce Springsteen)
- Easy
- Pictures
- Take Me Back Where I Belong