Roberto Carlos Lange es puro magnetismo. Su voz y sus canciones dan como resultado una combinación entrañable cuyo carisma hipnotiza e invita al baile. En directo, el proyecto Helado Negro lo completan dos músicos virtuosos, un baterista (Pinson Chanselle) y un bajista (Andy Stack) que trazan las bases para que el estadounidense, hijo de padres ecuatorianos, encandile al personal con la calidez de sus cuerdas vocales y sus paseos pausados por el escenario.

Todo ello se pudo presenciar en la Sala Wolf de Barcelona, un miércoles de octubre, ante una audiencia entregada que vino a dejarse llevar por el ritmo de sus canciones. La sección rítmica marcó la pauta de una música que conjuga ritmos latinos con desarrollos pop propios de la escena independiente. Sus canciones parecen un cruce imposible entre José González y Panda Bear, algo que en ciertos medios se ha descrito como Avant-Pop y que él mismo define como “psychedelic meneíto“.

La suma de sintetizadores y guitarras eléctricas dan forma a un conjunto de canciones serenamente bellas que contienen tramos folk, aires jazzísticos y psicodelia moderada. Muchos de los temas parecen estar hechos para balancearse reiteradamente, siempre a cámara lenta. Eso mismo es lo que se escuchó en unas de sus grandes canciones ‘Gemini and Leo’, cuando cantó “We can move in slow motion. Just watch me” en la tercera canción del directo.

La capacidad de Lange para modular tonalidades vocales debidamente amplificadas fue una de las claves de un concierto donde el inglés y el castellano hacían acto de presencia, indistintamente. Canciones pausadas y otras más bailables se fueron encadenando en un repertorio inicial que fue desgranado buena parte del disco ‘Far In’ (2021), publicado en el prestigioso sello 4AD: ‘There Must Be a Song Like You’, ‘Outside the Outside’, ‘La Naranja’ (“sé que sólo tú y yo, podemos cambiar el tiempo, aquí, hoy”) fueron los temas más celebrados de un primer bloque que duró cerca de hora y cuarto.

Tras la pausa de rigor, el de Florida residente en Brooklyn, volvió con su sonrisa permanente para cantar tres bises extraídos del disco ‘This Is How You Smile’ (2019). Si con ‘Running’ se animó a incorporar los cánticos del público, con ‘País Nublado’ fueron los mismos oyentes los que sacaron del bolsillo decenas de móviles para retransmitir en directo (en formato vertical y para Instagram) uno de los momentos más recordados de la velada. Acababa así una gira española que los días anteriores había hecho escala en Santiago de Compostela, Madrid, Valladolid, Valencia y Donostia. En la antigua sala Señor Lobo Helado Negro sonaron maravillosamente bien. Al finalizar sólo cabía mirar los rostros de los espectadores para comprobar de qué modo habían gozado los oyentes.

Previamente, el grupo local Antònim defendió sus canciones recientes con buen sonido y tratamiento vocal mejorable. Construyendo temas situados entre el dream pop y el slowcore finalizaron su actuación con una versión irreconocible del ‘Pink Moon’ de Nick Drake y otra más libre, en catalán, del clásico ‘Radioactivity’ de los alemanes Kraftwerk. Fue el preámbulo a la seducción auditiva de Helado Negro. Al concierto sólo se le puede reprochar no haber contado con el conjunto de músicos que actuaron en KEXP.