La Sala Apolo tenía un lleno prácticamente absoluto. Es sábado, 29 de Octubre, y los que allí estábamos nos disponíamos a despedir la gira del último trabajo de Xoel López, “Paramales”. Porque una despedida no necesariamente debe ser algo triste. En esta ocasión era motivo de alegría, como otras tantas le ha dado a Xoel éste último trabajo. Despedir “Paramales” de una forma íntegra, fresca. Y sobretodo con vitalidad.

Comenzó con apenas pasados cinco minutos retraso. Y lo hizo con “Patagonia”. Todo un himno para muchos, una declaración de intenciones. La sala liberó toda la excitación acumulada en la espera. Enmudeciendo. Con atención. Comenzando el baile. Y a partir de ahí comenzó el particular incendio que se propuso Xoel y su banda. Con “Yo sólo quería que me llevaras a bailar” ya no había vuelta atrás, los coros y los bailes de la sala no se detuvieron hasta el cierre.
“Hombre de ninguna parte”, “De piedras y arena mojada” o “Ningún hombre, ningún lugar” fueron otros de los momentos en los que el público se entregó sin censuras. Con “Buenos Aires” y “Ver en la oscuridad”, de sus anteriores trabajos, cerró un concierto en el que acabaron bailando la conga incluso, muestra de lo alegre que puede suponer un “hasta pronto” en su carrera.

Ha sido una despedida en toda regla, de las que se recordarán con el tiempo. Y es que después de casi ocho años de haber abandonado su etapa de Deluxe, se le aprecia reposado, con sonidos más experimentales, libres incluso después de su paso por tierras latinoamericanas. Ahora sólo nos queda esperar nuevos trabajos por su parte, como puede ser el nuevo disco en el que comenzará a trabajar el próximo año o el proyecto de editar un libro de poemas.
Desde IndieLovers sólo nos queda dar las gracias a Xoel López y su equipo por habernos invitado a este cierre de gira.
