Corto, pero intenso. Viva Suecia se desquitó este sábado en Barcelona con un concierto que ambos se debían. La banda murciana liderada por Rafa Val todavía no había tocado en una sala con cara y ojos de la Ciudad Condal y la Ciudad Condal respondió con un sold out en Razzmatazz 2 el mismo día en el que Liam Gallagher llenaba la sala principal.
Unas 900 personas nos reunimos para comprobar que el éxito fulgurante de Viva Suecia no es cuestión de suerte ni flor de un día. En la hora y veinte que duró el concierto no hubo ni tiempo para el descanso ni para temas de relleno para completar el repertorio. Los murcianos no saben que es eso. Fueron 16 temazos uno detrás de otro y la comunión entre público y banda fue subiendo a base de acordes y momentos de puro rock. Las guitarras y el bajo tronaban en una sala entregada a un grupo que ha pasado de 0 a 100 en apenas 4 años de vida.
No faltaron en el repertorio grandes hits como ‘A dónde ir’ o ‘Bien por ti’, los más coreados por el público. Tampoco ‘El nudo y la Esperanza’ o ‘Hemos ganado tiempo’, canción que cerró un show que arrancó con ‘Hasta ahora’ y ‘Nadie te devolverá el favor’. Viendo la sintonía de Viva Suecia con el público una tenía la sensación de que la sala se les había quedado pequeña. La próxima vez, de bien seguro, deberán buscar un recinto de mayor aforo porque Viva Suecia enganchan. Sus letras, su naturalidad y sus ganas de hacer música, sin más. No sé muy bien si es por esas ganas de tocar y disfrutar de cada segundo de concierto o no, pero sorprendió que los murcianos no hicieran ningún ‘bis’ ni amago de marcharse antes de tiempo del escenario. ¿Para qué?
Hacía mucho tiempo que no veía que un grupo no se bajaba del escenario durante unos minutos. A falta de tres canciones simplemente anunciaron que “esto se está acabando” y siguieron tocando. Hasta el final. Sin trucos ni artificios más allá de confeti en el cierre de ‘Bien por ti’. No necesitaron nada más para hacer sonreír a los allí asistentes. Música. Solo eso.