Si hubiera que titular la crónica, “jolgorio pop” podría ser un enunciado válido. La conclusión del concierto de los escoceses en Paral·lel 62 sólo puede expresarse en términos similares. Los Teenage Fanclub subieron al escenario y arrasaron. Las melodías de sus canciones asombraron desde el primer minuto completando un directo magnético que fue una celebración indie en toda regla. La recuperación continua de clásicos atemporales –orgullosamente rejuvenecidos– quedó perfectamente intercalada con los mejores temas de ‘Endless Arcade’ (2021) y el recientemente publicado ‘Nothing Lasts Forever’ (2023). Los nuevos temas se sucedieron entre un repertorio de hits imperecederos. Todo ello derrochó efusividad, sonrisas y mucha alegría.

A lo largo de hora y media Norman Blake (voz principal y guitarra) y Raymond McGinley (guitarra eléctrica) estuvieron acompañados de una banda formada por un bajista (Dave McGowan), un baterista (Francis MacDonald) y dos teclistas. Minutos antes uno de ellos (Sweet Baboo) hizo de telonero junto a su guitarra acústica, con una serie de canciones folk algo desangeladas. El otro teclista fue Euros Childs, líder de los Gorky’s Zygotic Mynci –emblemática banda de psicodelia alucinógena originaria de Gales–. Una lástima no poder disfrutar de su talento en solitario. A saber quién decide que sea uno y no otro quien amenice previamente la velada. Los numerosos discos que Euros Childs ha publicado en solitario y el nivel de los mismos deberían ser argumentos más que suficientes para poder gozarlo en directo. Ocasión perdida.


Como era de esperar el sexteto acudió a las canciones más recordadas de los discos ‘Bandwagonesque’, ‘Grand Prix’, ‘Songs from Northern Britain’ y ‘Howdy!’ para desplegar un sonido heredero de Big Star, The Byrds y The Beatles. Ya sin Gerard Love, uno de los pilares de la banda, Norman Blake y compañía ofrecieron una veintena de temas entre los que sobresalieron dos: “Alcoholiday” y “The Concept”. La primera sonó pronto y sirvió para señalar que los momentos álgidos de la noche podían suceder en cualquier momento, de modo imprevisto. La segunda hizo levantar a toda una platea deseosa de seguir el ritmo de la canción, cantar su letra y recordar en qué momento descubrió la magia del grupo por primera vez.
Prescindiendo de proyecciones visuales y restringiendo adornos lumínicos, los Teenage Fanclub bascularon entre tramos melancólicos de temática sentimental y descargas eléctricas comedidas. Demostraron que son unos perfeccionistas del pop, unos orfebres de la canción que no excluyen la intensidad y la energía. Entre la eficacia de los juegos vocales –Blake y McGinley son todo compenetración–, se colaron vibráfonos y saxofones ocasionales a lo largo de un set que contó con perlas como “About You”, “What You Do to Me” y “I Don’t Want to Control of You”. “Everything Flows” dio por concluido un concierto para rememorar. Uno que mejora los recuerdos de ocasiones anteriores, ya sea en el Benicássim de 1998 o en el efímero Espacio Movistar en 2008. Al salir de la sala las camisetas se vendían como churros y las caras de satisfacción entre la audiencia eran más que visibles. Seguro que muchos de ellos ya esperan con ansias el directo The music of Big Star presentado de nuevo por Houston Party.

Setlist:
- Tired of Being Alone
- About You
- Foreign Land
- Endless Arcade
- Alcoholiday
- Did I Say
- I Left a Light On
- See the Light
- Your Love Is the Place Where I Come From
- Everything Is Falling Apart
- What You Do to Me
- It’s a Bad World
- I Don’t Want Control of You
- I’m in Love
- My Uptight Life
- The Concept
Bis:
- Back to the Light
- Middle of My Mind
- Everything Flows