A estas alturas de la película, The Crab Apples (que no ‘Crap Apples’, ni ‘Grab Apples’, ni ‘Crab Eipels’, ni ‘Carapapels’…) no necesitan mucha presentación: Carla Gimeno (voz), Laia Alsina (guitarra) y Laia Martí (bajo), además de Mauro Cavallaro (batería), eran amigas en Santa Eulàlia de Ronçana con una pasión musical común. En plena adolescencia formaron una banda, eligieron el nombre casi por azar, y desde entonces se han currado una trayectoria musical llena de esfuerzo, ilusión y talento: debutaron en 2014 con ‘Right Here’, y tras el EP ‘Hello Stranger’ (2016) llegó su segundo disco, ‘A Drastic Mistake’ (2018) y un EP hermano, ‘More Mistakes’ (2019). Ese mismo año empezaron a trabajar en su tercer álbum (por primera vez junto a Victor Valiente en la producción) con las perspectivas de seguir creciendo. Y como a tantas otras bandas, un bichillo microscópico en la otra punta del planeta les acabó torciendo los planes.
Pero como dicen que al mal tiempo buena cara, el año pasado optaron por empezar a compartir las nuevas canciones que iban componiendo y que formarían parte de este nuevo trabajo. Como el bichillo microscópico acabó dando más guerra de la esperada, acabaron compartiendo casi el álbum al completo a la vieja usanza, single a single, videoclip a videoclip. Y finalmente, ya tenemos aquí un disco reivindicativo con letras feministas, ecologistas, de mucho desencanto y de propia autoafirmación, con un título sarcástico en el que juegan con las confusiones provocadas por su nombre. Y un título también que podría aplicarse a tantísimas cosas hoy en día: ‘Crap’ (DSK Pop, 2021).
INDIE LOVERS: Explicadnos cómo fue la composición de este disco de largo recorrido por causas forzadas…
LAIA ALSINA: Como bien dices es un disco de largo recorrido porque ha tardado 2 años a que saliera a la luz. Es un disco que se ha cocido a fuego lento. Hemos querido darle más importancia a los singles porque veíamos en los discos anteriores que, cuando los sacábamos, el single y las primeras canciones se escuchaban mucho. Y pensábamos “tenemos canciones súper chulas en todo el disco, de la primera a la última, y queremos que todas las canciones se mimen de la misma forma, y que se escuchen igual“. Para este disco nos dijimos que íbamos a tratar cada canción como single, y que durante unos meses estuviéramos presentando canciones. Y tal cual las grabábamos (porque hemos ido también por etapas para grabar las canciones), íbamos publicando. Eso ha durado como un año y medio. Creo que ha sido guay porque así hemos podido degustar cada canción.
Yo me preguntaba si esto de sacar tantos singles poquito a poquito era algo forzado por la pandemia, o una estrategia que teníais pensada antes…
CARLA GIMENO: La estrategia la teníamos en parte. Sí que teníamos la idea de sacar singles, pero no tantos! (risas) Al final realmente sólo dejamos dos canciones en secreto. Al sacar el disco sólo había dos canciones nuevas que no hubiéramos compartido antes como single. Esa creo que no era la idea… (risas) Pero sí que nos molaba la idea que decía Laia de mimar cada canción y sacar single a single, aunque no hasta este extremo. Eso ha sido forzado por la situación actual. Al principio el disco iba a salir en la primavera del año pasado, y como no cuadraba y no habíamos podido grabar los últimos temas del disco que tuvimos que componer y producir a distancia, alargamos el tema de los singles. Era nuestra forma de seguir allí, porque si no, sentíamos como que habíamos desaparecido, y tampoco era plan.
En esta dinámica en que estamos en general en la vida, que parece que todo es más fugaz y más rápido y lo que hiciste antes de ayer ha caducado, el concepto clásico de disco de 10 canciones parece que quede cada vez más desfasado…
LAIA: Sí, eso es lo que pensamos. Nosotras somos fans del concepto disco porque nos gusta que las canciones tengan todas un escenario todas juntas. Eso es súper bonito, pero ahora el consumo de la música (y no me gusta decir la palabra ‘consumo’, pero bueno… (risas), ¡capitalismo!) (risas)
¡Total! (risas)
LAIA: …pero el consumo de la música, como has dicho tú, es súper fugaz. Ahora escuchas esta canción, la gente se hace playlists, porque básicamente escucha música a través de plataformas como Spotify, y de tal artista coge una canción. Nos curramos 10, 11, 12 canciones para un disco, y los singles funcionan. Pero el resto nos las curramos igual, nunca tenemos canciones de relleno y todas son brutales, y poca gente las escucha. Y por eso, más que nunca, esta estrategia quería que todas las canciones se intentaran escuchar lo máximo posible. Y que llegaran a la gente y huir un poco del rollo este tan capitalista de usar y tirar, un poco kleenex.
Os noto, a ver si encuentro la palabra… un poco desencantadas en general, con la vida, con la industria musical, un poco con todo… empezando por el título, ‘Crap’ (‘mierda’, en inglés). ¿Qué hay detrás de toda esta desafección y este desencanto?
(risas) CARLA: Lo del título, ‘Crap’, sí que es un poco “a la mierda todo”, pero también viene de nuestra historia como grupo. Empezamos a tocar juntas hace más de 10 años en Santa Eulàlia de Ronçana, en nuestro pueblo, en la escuela de música, en el instituto… por aquél entonces empezaban a salirnos minibolos y dijimos: “mierda, hay que ponerle un nombre a esto“. Le pusimos The Crab Apples para ponerle algún nombre, no tiene un por qué. No es que seamos súper fans de las manzanas ni nada de eso. Simplemente fue un nombre que le pusimos en ese momento. Y por esa decisión que tomamos con 15 años, lo hemos llevado a nuestras espaldas durante 10 u 11 años (risas). Durante todo este tiempo, tanto periodistas como gente que nos escucha o gente que no nos escucha nos ha llamado siempre ‘Crap Apples’, entre otros nombres. También nos han llamado de otras formas. Abrazando nuestro nombre complicado, y aceptando que es complicado y que es lo que hay, y que esa decisión se tomó hace mucho tiempo, decidimos poner este título, ‘Crap’. Y sí que es cierto que luego en el disco hay desencanto, en muchos sentidos. Es un disco como de aterrizar, y de decir “bueno, ahora ya somos adultas“. Seguimos siendo jóvenes, jóvenes adultas (risas), pero ahora ya empiezo a entender cómo funcionan las cosas, y no me gusta lo que veo. Y eso es lo que se puede encontrar en las letras. Por ejemplo, en ‘Me Da Igual’, que es un desencanto hacia la industria musical, concretamente. Aunque parezca la típica canción de desamor. No deja de ser un desamor, a veces…
Exactamente… ¿ y por qué esta desafección con la industria musical? Sois una banda ya con un recorrido de más de 10 años, habéis pasado por diferentes sellos… ¿qué ha pasado que os haya llevado a este punto?
LAIA: No nos ha pasado nada en concreto con nadie en concreto. Simplemente es por cómo funciona la industria. Siempre nos hemos sentido fuera de lugar y en una especie de abismo porque no sabían cómo clasificarnos: “¿qué hacéis? ¿Pop? ¿Rock? ¿Pop-rock? ¿Indie?“. Y en este mundo donde la etiqueta es tan importante, no teníamos una como muy clara. Y eso también ha sido algo que nos ha dado rabia. ¿Qué más da? ¿Te gusta lo que hago, pero estás programando en un festival de pop-rock? Es igual. O alguna vez nos han dicho: “sois demasiado pop para no-sé-qué…” o “sois demasiado rock…“. ¿Qué tontería es esa?
CARLA: O “sois demasiado indie para el mainstream, o demasiado mainstream para el indie“
LAIA: ¡Sí, exacto! También creo que va un poco por épocas. Ahora mismo estamos en un momento en el que hay mucha fusión, y al final tu etiqueta tendría que ser súper extensa: “hago flamenco-electro-pop con no-sé-qué…“. A ver si ahora eso nos funciona. Pasamos un montón de las etiquetas. No son tanto cosas concretas como esta sensación de no encajar en ningún sitio porque está montado de una forma que no nos gusta.
CARLA: Y que no tiene nada que ver con la música, y eso es lo importante. La música nos flipa y es por eso que llevamos más de 10 años tirando adelante este proyecto. Si no nos flipara, no seguiríamos aquí. Y evidentemente en la industria musical hay gente maravillosa que nos ha apoyado desde el principio y también estamos muy agradecidas de eso. Pero sí que ha habido situaciones como de… “ñeh!“
LAIA: (risas)
CARLA: Así como ejemplo, hace unos meses nos quedamos sin equipo y sin management por la situación actual, que es súper comprensible: nuestro manager se tuvo que buscar otro trabajo. Estuvimos escribiendo y picando puertas de gente que conocíamos de todos estos años. También picamos a puerta fría a algunos evidentemente. Pero había gente que habíamos conocido y con la que teníamos contacto. Y la verdad es que de toda la gente que escribimos nos respondieron dos (risa irónica). Es así. Que luego mucho tomarnos las cervezas en ese bolo y todo muy buen rollo, pero ¿qué cuesta responder y decirte “oye, pues no me encaja” o lo que sea? Pero de repente encontrarte una puerta cerrada y que ni te respondan… no sé… a veces nos falta un poco de empatía. Estamos todos en el mismo barco, creo…
LAIA: Por suerte no lo he vivido en primer persona pero sí que he visto… no rivalidad pero “programan a esta persona, oh!“. Creo que todos nos tenemos que alegrar de que se hagan cosas. A veces es un poco sectario. Siempre los mismos grupos encasillados en la misma etiqueta. A lo mejor mañana con The Crab Apples no hacemos pop-rock. Este disco no creo que tenga mucho de rock, a lo mejor alguna cosilla. Estaría bien más claridad y, como decía Carla, más empatía.
Sí, yo creo que es un problema extrapolable a todo el mundo y a la vida que llevamos en general.
LAIA: Sí, a la sociedad.
¡Exacto! Cada vez estamos todos más en nuestras pequeñas burbujas y obviamos los problemas de la gente que tenemos alrededor… en fin… volviendo al disco, por primera vez cantáis en castellano, tras el inglés y el catalán que ya habíais usado antes. ¿Cómo ha sido esa transición o ese paso? ¿Cómo ha venido?
CARLA: Yo diría que, en general, ha sido súper natural. Cuando empezamos hace 1.000 años (no paro de decir eso…) (risas) lo hicimos en inglés, luego pasamos al catalán porque también era algo muy natural, ya que no deja de ser nuestra lengua, en realidad. Y sí que llevábamos años que compañeros y compañeras de la industria nos recomendaban pasarnos al castellano porque nos decían que así nos iba a ir mejor. Nosotras no dijimos nunca que no, no lo descartábamos. Pero sí que hablábamos que tenía que ser algo que saliera de dentro de forma natural, porque si no se iba a notar que era forzado. Y no fue hasta ‘Vidas Paralelas’ que a mi, que me toca la parte de las letras, me salió de forma natural y me sentí cómoda con esa letra. Realmente fue cero forzado, se lo enseñé a las chicas y les gustó. Eso me animó a seguir con ello. Y a nivel público y de nuestros oyentes y de nuevos que estamos recibiendo al club de The Crab Apples, la acogida ha sido muy buena. Yo estoy muy contenta.
¿Y el alemán para cuando?
CARLA: (risas) Pues no sé, tampoco lo descarto. Yo creo que puede pasar. A lo mejor en el próximo disco hay algo en alemán, quién sabe…
Hace poco Sandré hicieron una canción en alemán…
CARLA: ¡Qué guay! Igual una colaboración con Sandré…
¡No estaría nada mal! Haríais un buen combo! (risas)
CARLA: Why not? (risas)
Una cosa que me parece que habéis cuidado incluso todavía más es la parte estética: tanto en los videoclips, la portada, las fotos de promo… la estética está como muy marcada y es fácilmente reconocible. Esos tonos pastel en verde y rosa de la portada y las imágenes de promo, los videoclips se ven súper cuidados, las colaboraciones con Lyona… tengo la sensación de que le dais cada vez más importancia a eso, ¿no?
LAIA: Sí, creo que desde que empezó el grupo la imagen es algo que nos preocupa: desde qué nos ponemos para tocar hasta cómo será el cartel, qué imagen ponemos en Instagram… no de forma enfermiza, sino que nos gusta el concepto: que todo vaya juntito, es como un regalo. A nosotras nos gusta. Es algo que nos gusta también de otras bandas y de otros proyectos. En este disco hemos dado un paso más en muchos aspectos: en lo musical, y en la producción obviamente. Y esa evolución tenía que estar acompañada de una imagen que estuviera en la misma sintonía. Y por eso los videoclips. Y como hemos querido darle entidad a cada single, tenía que haber más videoclips, y el nivel de curro tenía que ser superior.
Además la parte estética es como un rasgo distintivo, ¿no? Usando la palabra que utilizabas antes, ahora que el consumo de música es tan bestia y también tan fugaz, este apoyo visual, al final acaba haciendo reconocible a un grupo: “Sí, las Crab Apples, las chicas aquellas de la portada rosa y verde y los videoclips de Lyona…“. Es más fácil reconoceros. ¿no?
LAIA: ¡Ay, qué guay! (risas)
CARLA: ¡Total!
LAIA: No pensamos mucho en eso de que sea reconocible. Lo hacemos por intuición y porque nos apetece. Como decíamos antes, queríamos que este disco se llamara ‘Crap’ no por algo conceptual sino por esta gracieta que teníamos con el nombre. También algo que decidimos antes de componer todas las canciones era que se llamara ‘Crap’ y que sea todo como súper ‘cute’, rosita y tal (risas), porque nos gustan mucho los contrastes. Canciones súper oscuras y muy reivindicativas con este papel súper bonito que de alguna forma recoge todas estas canciones.
También es un buen regalo para la gente que no se queda en la superficie y que pueda decir “uy, con esta portada esto no me va a gustar“. Y luego en cambio si haces el esfuerzo y el paso de escucharlo dices “hostia, me están bacilando con esta portada. Esto va de otro palo a lo que parecía“…
LAIA: (risas) Hemos querido que fuera todo súper ‘cute’, en plan “qué guay, a ver de qué van a hablar” (risas)
CARLA: Nos gusta bastante engañar a la gente (risas) porque aparte de que los engañemos con esto de que “míralas qué monas pero luego hablan de mierda“, por ejemplo tenemos un tema en el disco que se llama ‘Cucarachas’ y luego es en inglés. O ‘2020’ se llama así pero en realidad no habla de 2020. Confundimos un poco a la gente, pero en plan bien, creo…
Sois puñeteras, pero eso está bien. Hay que pinchar un poco a la gente para que no sea todo tan fácil…
LAIA: (risas) ¡Claro!
Habladme de los videoclips, que están muy cachondos y muy cuidados. El de ‘Cucarachas’ me hizo explotar la cabeza cuando os vi disfrazadas de cucarachas… (risas) explicadme cómo decidís cómo hacer un videoclip, la estética, con quién trabajáis…
LAIA: Como todo lo demás, lo hablamos entre las tres. Salen de ideas que vamos teniendo. Parece que lo tengamos todo súper estudiado, pero en realidad son cosas que vamos diciendo. ¡El de ‘Cucarachas’ fue Carla que dijo un día que teníamos que ir vestidas de cucarachas! Y yo “¿pero existe un disfraz de cucarachas? ¿Pero qué estás diciendo? Se le ha ido la olla…” (risas). Pero encontramos los disfraces de cucaracha y engañamos a nuestro amigo Enric para que nos grabara (risas). Bueno, no le engañamos, que a él le gusta y se lo pasó súper bien. Sí que a raíz de una idea un poco loca empezamos a darle vueltas y a estudiarlo. Y siempre somos las tres, y vamos tanteando con quién se podría hacer. Por ejemplo, con Lyona queríamos trabajar desde siempre, y contactamos con ella para hacer ‘Vidas Paralelas’, y luego hicimos ‘System Overload’. Y vamos contactando también con colegas que se les da súper bien esto de grabar (risas).
Habéis cambiado de sello y ahora estáis con DSK Pop. ¿Qué tal?
CARLA: Estamos súper contentas. Como decíamos antes, tuvimos una fase un poco crítica porque teníamos el disco grabado y todo bastante claro pero nos encontramos sin equipo. Y DSK nos respondió al momento y con muchas ideas de qué hacer, de cómo hacerlo, y con muchas ganas. Tienen las mismas ganas que nosotras, y eso está muy bien en un equipo, poder estar con gente que está igual de ilusionada que tú. Creo que debería ser así siempre (risas), o al menos intentarlo… y estamos súper contentas. Con ellos sacamos el disco en CD pero también en vinilo, que están ahora en fábrica, ¿verdad Laia?
LAIA: Sí, tengo que dar el ok definitivo.
CARLA: Porque Laia se encarga siempre del diseño, y esta vez no ha sido diferente, y por eso le preguntaba a ella…
LAIA: (risas) Lo que tiene el diseño de vinilos y discos es que a veces tienes que rectificar cosas por el color. ¡A ver si los tenemos ya! (risas)
Qué ilusión tenerlo en vinilo, ¿no? Algo tangible…
CARLA: ¡Súper!
LAIA: La verdad que sí.
CARLA: Es que nosotras, aparte de que nos gusta el formato disco porque igual somos un poco viejas en ese sentido, también nos mola el objeto. Y la idea de que la gente pueda tener ese disco en sus manos y en sus casas nos llena un poco el corazoncito.
(risas) Y además lo hace más duradero. Es lo que decíamos antes, no es algo fugaz que le doy a un click y nunca más vuelvo a escucharlo. Lo tengo ahí, es algo que puedo ver y tocar, las fotos, las letras…
CARLA: ¡Totalmente!
LAIA: ¡Claro!
Y tema giras, conciertos… ¿cómo se presenta? Porque el tema en general está bastante complicado…
LAIA: Estamos muy contentas porque esta semana hemos confirmado el primer concierto de presentación de ‘Crap’, el sábado 24 de abril en Premià (20h en el Parc de Can Werboom. Entradas aquí -ndr). DSK está tanteando más conciertos pero hay algo que no podemos controlar, la pandemia. Hay conciertos que esperamos que se puedan hacer y confiamos que salgan más, pero nos lo tomamos con optimismo, a ver qué pasa. Intentamos no rallarnos muchísimo por eso. Personalmente respecto a este tema nunca sé qué decir. Es que no tengo ni idea porque aquí en Catalunya estamos confinadas comarcalmente y no sé lo que puede pasar mañana. En principio la idea es girar todo lo que se pueda.
CARLA: Tenemos ganas de presentar las canciones en directo porque no paramos de ensayarlas en el local y es muy extraño. Sí que sabemos que son nuestras canciones pero no acabo de sentir del todo que son mías hasta que llega el momento ese en que las compartes con el público. Es cuando haces el click y dices “¡aha! Ahora sí“
Falta ese paso final para completar el ciclo, ¿no?
CARLA: ¡Exacto! Para cerrar el círculo.
¿Y cómo veis el futuro de la música en directo? El otro día hablaba con un colega y decía que los grupos grandes lo tienen más fácil para sobrevivir, pero los que lo tendrán más jodido serán los medianos y pequeños, sobre todo si desaparecen salas de base…
LAIA: Si antes ya era difícil para una banda como The Crab Apples llegar a un punto en el que puedas vivir de la música, sólo pensando en el grupo, ahora esa meta está más lejos. Si la gente que se dedica a la música lo está pasando mal, imagínate la gente que no y que tenemos otros trabajos para sobrevivir. La diferencia es aún más abismal.
Otro hecho extrapolabe también a la sociedad en general, donde cada vez hay más brecha entre clases sociales.
CARLA: Sí, estamos todos jodidos.
LAIA: Sí, es muy heavy.
Una auténtica ‘Crap’ en general…
LAIA: (risas)
CARLA: En mayúsculas.
Y una vez acabada esta charla, a uno le viene a la cabeza una canción de Astrud…