La segunda jornada del Primavera Sound 2017 en Apolo contaba con un triplete de bandas muy diversas: a las 8 abrieron fuego Les Sueques, que de escandinavas tienen poco, por mucho que Blanca se hiciera pasar como tal mientas Tuixen traducía sus speeches. Y es que las barcelonesas tocan com si fuera un juego, una travesura, con la que acabar contagiando a fans o a guiris desbocados en primera fila como el popular Big Jeff. Se centraron en su último disco ‘Moviment’ (‘Tu em Caus Molt Bé’, ‘Neu’, ‘Tu Parles Molt’, Heroïna de Montserrat’, las espídicas ”Merda’ y ‘Res’…), pero también hubo espacio para pequeños grandes clásicos de su repertorio, como ‘Terrorista’, ‘Cor Pelut’ o ‘Faldilles i Soroll’.
Tras la contundencia de Blanca, Tuixen, Raquel y Pau, llegaron las amigas de la infancia (que no hermanas, aunque se parezcan) Rosa Walton y Jenny Hollingworth. O lo que es lo mismo, Let’s Eat Grandma. Las inglesas salen al escenario tocando e intercambiando instrumentos constantemente, y apoyándose en sonidos pregrabados. Y hacen coreografías con sus largas cabelleras, o tirándose el suelo al unísono. Su dream pop oscuro, a veces estático (‘Deep Six Textbook’) y a veces dinámico (‘Eat Shiitake Mushrooms’), gustó a una audiencia que por aquél entonces ya llenaba el Apolo a rebosar.
Y el motivo era el leit motiv de la noche: a 9 días de publicar su esperadísimo disco de debut, los estadounidenses Cigarettes After Sex llegaban por primera vez a Barcelona con una enorme expectación generada a su alrededor. Y si bien el sonido roto de uno de los altavoces a la derecha del escenario les jugó alguna mala pasada, consiguieron por momentos el milagro de los panes y los festivales: que la sala se quedara callada (o casi), absorta, viendo el tiempo congelarse y muchas cosas pasando por la cabeza. Las canciones de la banda son como una pluma acariciándote el alma, consiguiendo erizarte el vello por momentos (hablo literalmente, no es ninguna figura retórica de literatura barata…). Apoyado por las proyecciones posteriores de las pantallas (desde nieve cayendo, una cara femenina a punto de romper en lágrimas, o imágenes de ‘La Doble Vida de Verónica’ de Kieslowsky), el cuarteto acomoda su sonido en atmósferas livianas, nostálgicas, de madrugada… y claro está, la increíble voz de Greg González, grave cuando habla, y suave y andrógina cuando canta: ‘Nothing’s Gonna Hurt You Baby’, ‘Affection’, ‘K’, ‘Apocalypse’… son una banda sonora magnífica para los amores imperfectos. Estad atentos a esta web, redes y nuestro programa en Scanner FM, porqué en las próximas horas hablaremos con ellos…
Fotogalería: Dani Cantó / Primavera Sound