Cuando a principios de febrero recibíamos a Núria Graham en ‘Common People’, nos decía que tenía muchísimas ganas de que las canciones de su nuevo disco ‘Marjorie‘ cogieran vida en los conciertos que tenía en perspectiva. Pero 5 semanas después llegó lo que llegó, y muchos de esos conciertos se anularon. Con el confinamiento, las canciones acabaron cogiendo vida en nuestras casas a medida que las escuchábamos en el disco, y no ha sido hasta los últimos meses que por fin han podido soltarse y renacer con otras formas, en esas extrañas dinámicas de la música en directo. Y, personalmente, no tuve la oportunidad de experimentarlas en vivo hasta este lunes en Salamandra, en un concierto del ciclo ‘Sala L’H‘ organizado por ASACC, y con todas las entradas agotadas.
Acompañada de Jordi Casadesús al bajo y teclados y Aleix Bou a la batería, y vestida en traje de cuero negro ochentero, Núria empezó con el que fue el primer avance del disco, ‘Connemara’, y ese “I love you life” del estribillo convertido en declaración de principios y proclama rebelde ante la distópica situación. Ver toda la pista de Salamandra llena de gente sentada y con mascarillas sigue impactando, incluso en conciertos pausados como éste. Al escucharla cantar con esa serenidad, y tras años de verla por los escenarios, a uno se le olvida que estamos hablando de una artista de 24 años con más futuro que pasado. Pero cuando en el repertorio caen canciones como ‘Christopher’ o ‘Peaceful Party People From Heaven’ (con una intro progresiva experimental que acelera nuestras pulsaciones por momentos), uno recuerda que Núria tiene ya 3 discos de recorrido y una experiencia impropia de su edad. Y eso incluye sus álbums, conciertos o festivales, pero también producciones de discos como el reciente debut de Junco y Mimbre, la composición para Amaia, o el acompañamiento en directo para esta última o, este próximo mes de enero, tocando la batería para Maria Jaume.
Con esa espontaneidad tan propia de ella, la artista de Vic afina la guitarra al final de cada canción (“me complico la vida, podría tocarlas todas con la misma afinación“), provocando sonrisas también cuando recuerda que en su último disco Taylor Swift también le ha dedicado una canción a su abuela de idéntico nombre a la de Núria, ‘Marjorie’. La preciosa ‘Toilet Chronicles’ es uno de los puntos álgidos del show, y quizás el clímax llega (al menos para mi) cuando acaba el set, Jordi y Aleix marchan, y dejan sola a Núria para atacar una canción escrita recientemente, y es que el confinamiento no ha sido especialmente prolífico para ella. Pero ‘The Beginnings Of Things’ vale por 10 y consigue calarnos algo ahí adentro mientras acaricia las cuerdas, rechaza celos y proclama, emulando a Faye Miller hablando con Don Draper, que sólo le gustan los inicios de las cosas. Antes de acabar el no-bis, Jordi y Aleix vuelven al escenario para acabar con la canción que también cierra el disco, ‘No Returning’, escrita por su tío Niall cuando tenía su edad. Se cierra así el 2020 de conciertos para Núria Graham, y quizás también el nuestro, y en ambos casos nos preguntamos cuándo podrá ser el próximo…
