Owen Pallett + The Hidden Cameras (La Nau, 20/03/23)

The Hidden Cameras + Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)
The Hidden Cameras (Foto: Meritxell Rosell)
The Hidden Cameras (Foto: Meritxell Rosell)
The Hidden Cameras (Foto: Meritxell Rosell)
Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)
Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)
Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)
Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)

Pocos días después de recibir al cantautor estadounidense Micah P. Hinson, la sala La Nau acogía una ración doble de pop independiente. Este espacio de creación musical del Poble Nou presentaba un cartel del todo atractivo formado por los canadienses The Hidden Cameras y Owen Pallett. Los dos proyectos musicales empezaban así una gira conjunta con un primer concierto en la Ciudad Condal que servía para testear un formato inusual.

The Hidden Cameras (Foto: Meritxell Rosell)

Joel Gibb salió al escenario a las ocho y pocos minutos para defender las canciones de su proyecto artístico The Hidden Cameras. Durante media hora interpretó en solitario un conjunto de temas pop, gloriosamente amanerados, amparados en su tratamiento vocal. Los matices de una voz privilegiada marcaron un tramo inicial que vino acompañado por una guitarra eléctrica, un bombo y una serie de bases pregrabadas inclinadas hacia el pop electrónico. El conjunto parecía un eslabón perdido entre Morrissey y John Maus. De hecho la presencia escénica de Gibb, con su tendencia melodramática, recordaba en más de una ocasión a los gestos del líder de los Smiths.

The Hidden Cameras + Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)

En el segundo bloque de su directo se sumó Owen Pallett. Esta segunda media hora demostró la compenetración entre ambos músicos. Fue el momento para recordar algunas de las canciones más emblemáticas del disco ‘The Smell of Our Own’ (2003) que –como señaló Gibb– este año celebra su vigésimo aniversario. ‘Boys of Melody’ y ‘Ban Marriage’ fueron dos de las canciones más celebradas. Mientras Gibb animaba al público a incorporar coros a las canciones, Pallett tocaba minuciosamente su violín, desplazando el arco o punteando las cuerdas con sus dedos. Esta fase del concierto a dúo dio pistas de lo que estaba por llegar.

Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)

Después de una pausa de cinco minutos Owen Pallett salió de nuevo al escenario, esta vez en solitario. Lo hizo para interpretar un conjunto de temas que dieron como resultado una hora y cuarto más de concierto, lo realmente esperado de la noche. El virtuosismo y la versatilidad de su violín conjugaron perfectamente con una voz melodiosa llena de matices. Pallett –acompañado también de una guitarra acústica– demostró talento y habilidad para configurar bases musicales mediante pedales y loops. Serenamente, el compositor de Toronto encandiló a una audiencia que se dejó llevar por su tono melancólico. Tras reconocer el escaso éxito de su último disco “Island” (2021), anunció que buena parte del repertorio se concentraría en sus discos más celebrados: ‘Heartland’ (2010) y ‘In Conflict’ (2014). Del primero sonó “Oh Heartland, Up Yours!”; del segundo “I’m Not Afraid” y “The Riverbed”, entre muchas otras.

Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)

Entre canción y canción se mostró locuaz: explicó las consecuencias negativas de la pandemia indicando que aquél era su primer concierto en tres años. Esta falta de rodaje dio lugar a ciertas imprecisiones técnicas pero no impidió que el público se entregara a un despliegue melódico de altos vuelos. La multiplicidad de capas sonoras que desplegó con sus instrumentos y artilugios eléctricos desencadenó un entramado sónico más que atrayente. Como Matt Elliott, Pallet generó ambientaciones reiterativas y pausadas acompañadas por letras ensoñadoras. El último tema del set fue una emotiva “Lewis Takes Off His Shirt”. Poco después, ovacionado por el público, se animó a salir de nuevo a tocar un último bis. Tras dos horas y veinte minutos fue inevitable pensar en la posibilidad de escuchar Owen Pallett en un auditorio, con butacas y diversos músicos a su alrededor.

Owen Pallett (Foto: Meritxell Rosell)

Al volver a casa uno recordó que el sello Domino ha reeditado recientemente sus dos primero álbumes y ha compilado un disco formado por dos EPs antiguos –’Spectrum, 14th Century’ (08) y ‘Plays To Please’ (09)– que evidencian el bagaje de un artista cautivador. Que el segundo EP sea un homenaje al mítico compositor Van Dyke Parks presupone que Pallett podría plantear otro tipo de gira, acompañado quizás por una orquesta. De hecho ya colaboró con la Orquesta Filarmónica Checa en el disco ‘In Conflict’. Muy posiblemente otro formato más ambicioso adquiriría mayor proyección.

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Cine, música y artes visuales son las tres disciplinas que más me llaman la atención. Cuando se entrecruzan libremente, más enigmáticas e inquietantes me parecen. De adolescente fui fan de Pink Floyd, R.E.M. y Sonic Youth. En mi reproductor suenan muy a menudo CAN, Talking Heads, Tom Waits y Stereolab. También el jazz de los ’60, el rock alemán de los ‘70, el pop independiente de los ’80 y la electrónica de los ’90. He colaborado en diversos medios escritos sobre música y cine, especialmente de vanguardia y experimental.

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