Lori Meyers (Cruïlla Tardor, 20/10/2017)

Foto: Verónica Solis

Lori Meyers regresaba a Barcelona tras haber presentado hace ahora medio añoEn la Espiral’, el sexto álbum de estudio de una banda que asegura haber alcanzado su mejor nivel musical desde que comenzaran a tocar hace ahora casi 20 años.

En abril y ante un público entregado a la causa -y que habían adquirido previamente el disco-, Lori Meyers obtuvo las primeras impresiones de sus seguidores más fieles sobre un disco cocinado a fuego lento durante casi cuatro años. ‘En la Espiral’ explora el lado más triste y profundo de un grupo demasiado identificado con las canciones festivas que te hacen saltar y desgañitarte hasta decir basta. Lori Meyers ha madurado y con ellos parte de un público que vibró como siempre con el repertorio de los andaluces. El viernes, el escenario era diferente. Inauguraban el Cruïlla de Tardor en el Hivernacle del Poble Espanyol.

Fueron 90 minutos con el único descanso de los medios tiempos y la calma de las canciones de ‘En la Espiral’, insertadas y bien protegidas entre los grandes hits de la banda. Un concierto de subidas y bajadas en el que, personalmente, no entré hasta el tramo final del show. Fue una conexión a cuentagotas con Noni y el resto de la banda. Reconozco que el último disco no acaba de convencerme, pero sobre gustos, los colores.

Eso no evitó que bailara, cantara y saltara como siempre me sucede con Lori Meyers. Discutí, para variar, con los maleducados que últimamente pueblan los conciertos, cambie mil veces de ubicación y, en cierta medida, eché en falta entrar de lleno con algunas canciones como ‘Todo lo que dicen de ti’ o ‘Vértigo’. No fui la única.

La diferencia resultaba abismal en la reacción de la gente. Callados y balanceándose tranquilamente con temas como ‘Evolución’ o ‘Siempre brilla el sol’ o haciendo temblar los cimientos del Hivernacle  del Poble Espanyol – enclave maravilloso- con ‘¿Aha han vuelta?’, ‘Mi realidad’ o ‘Alta fidelidad’, el triplete final con el que desde hace años Lori Meyers se asegura un final de show apoteósico.

Hablando con ellos unos minutos antes del concierto – en breve podréis disfrutar de la entrevista-, nos comentaban los difícil que resulta huir de esas canciones convertidas en himnos que resultan imposible de dejar atrás… ni ganas de hacerlo. Pero, disco tras disco, siguen siendo estas las canciones que le dan vida y sentido a una banda que en esta gira apuesta de manera especial por ofrecer un espectáculo de luces y proyecciones de esos que hipnotizan y hacen que, pese a que no te acaben de convencer algunas de las nuevas canciones, pienses que ha merecido la pena, como siempre, disfrutar del directo de Lori Meyers.

Escrito por

Periodista y alma viajera. Me gusta el movimiento y no entiendo la vida sin música. Conciertos y viajes son mis placeres culpables

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