‘Brood X’: Boss Hog han vuelto 17 años después!!

Éste era un viernes de nuevos discos con sabor añejo: el primer disco de Los Planetas en 7 años; el de los Jesus & Mary Chain después de 18 años de silencio… y el primero de Boss Hog en 17 años! Parecía un eterno bulo que no iba a cumplirse nunca. La última vez que servidor entrevistó a Jon Spencer, hará cosa de un par de años, ya nos puso sobre la pista: Boss Hog estaba trabajando en un nuevo disco. Pero… ¿iba en serio esta vez? Pues sí. Tras múltiples rumores de separación con Cristina Martínez (estuvieron a punto, según ha revelado ella misma estos días en varias entrevistas en medios de Estados Unidos), y ya con su hijo Charlie crecidito (19 años, y ya siguiendo la senda de sus padres en la música, pero desviado hacia la electrónica), ella tenía mono de escenarios. Spencer no ha parado en todo este tiempo, ya fuera con la Blues Explosion, o con Heavy Trash. Pero Cristina se quiso centrar en su maternidad y aparcó la música. El disco anterior había sido ‘Whiteout’, en el 2000. Desde 2009 se habían reunido en alguna ocasión para conciertos puntuales. Pero con el gusanillo ardiendo en las entrañas de Martínez, y con una situación familiar más flexible, se pusieron manos a la obra junto a los ya habituales Jens Jurgensen al bajo, Hollis Queens a la batería y voces, y Mickey Finn a los teclados. Jon a la guitarra y dando réplicas a la voz principal de Cristina completan el combo, en un disco que sucede a un primer EP de 4 canciones publicado hace unos meses (‘Brood Star’). Ninguna de aquellas canciones ha formado parte ahora de este nuevo álbum, que se mueve a medio camino entre la protesta política (el matrimonio Martínez-Spencer es radicalmente anti-Trump, habiendo participado en la marcha de las mujeres o en discos recopilatorios contra el polémico presidente estadounidense), y alguna que otra canción de tintes amorosos, pero sin azúcar. Que son Boss Hog, no jodamos!

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Y, aunque daba un poco de miedo lo que pudiera sonar al darle al play, lo cierto es que el álbum mantiene el tipo con mucha dignidad y coherencia sonora respecto a los trabajos anteriores. Desde la abertura con ‘Billy’, el disco respira esa energía inquieta y un tanto anárquica de anteriores trabajos. Atmósferas urbanas de humo y grasa, ritmos groovy, guitarras nerviosas, gritos, duetos Martínez-Spencer como si fueran unos Gainsbourg-Birkin del punk-rock… (especialmente destacable ese ‘Rodeo Chica’, en el que juegan con el castellano materno de Cristina). El cierre rompe un poco el sonido del resto del disco, cuando Martínez adquiere un tono más melancólico (que no azucarado; insistimos, estamos hablando de Boss Hog…), para recordar su adolescencia en ’17’. Las chicharras ponen punto y final a un disco que se deja escuchar y mueve nuestros pies y cabezas  sin atentar contra el recuerdo de una banda de culto en la escena underground neoyorquina, desde que se fundaran en 1989. Por el momento pasaron por Londres, Holanda, Bélgica y Francia, pero no hay fechas anunciadas en España. Si se deciden, allí que estaremos…

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Rarito como un tema de Sonic Youth; me excito con el ‘Psycho’ de los Sonics; si me cabreo, Pistols, RATM, Sandré, riot grrrls o Los Punsetes; me ponen igual soul, r’n’b, ye-yé, garaje, punk, r’n’r, indie o brit-pop. De mayor quiero ser Patti Smith, Iggy o John Waters. Ateo hasta que conocí a PJ HARVEY. Fui negro en otra vida… y hago el impostor como periodista musical y deportivo en radio, TV, webs y revistas varias.

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