El Primavera Club 2017 ya está en marcha, y los Indie Lovers lo estrenamos el viernes con los conciertos de Barcelona en Sala Apolo. Empezamos nuestro buffet libre musical con las Aloha Bennets, el día siguiente de visitar nuestro sofá en Scanner FM. Las catalanas demostraron desparpajo, frescura y melodías enérgicas y saltarinas, con las canciones de su debut ‘La Jungla’ y otras ‘antiguas’ (si se puede hablar de ‘antiguas’ a las canciones de una banda con menos de 2 años de trayectoria) como ‘Púdrete’. En la renovada sala La 2 (nos costó ubicarnos al principio), Sex Swing desplegaban su propuesta ruidista antes de que los estadounidenses Starcrawler pusieran patas arriba la sala principal con ese glam punk acentuado por la salvaje actitud de su cantante Arrow Wilde, encarándose a fotógrafos y público. Gold Connections enamoraron con sus canciones deudoras de los inmensos Pavement, y con versiones del ‘Friend Of The Devil’ de Grateful Dead o el ‘I Shall Be Released’ de The Band. PAULi también gustó mucho a los allí presentes, antes de que Girl Ray trasladaran el encanto pop de su disco ‘Earl Grey’ a una sala 2 que a aquellas horas ya sufría la interferencia de las habituales cotorras posturistas que van a los festivales a aparentar sin importarles una mierda la música. Lástima que el tristemente famoso artículo 155 no pueda aplicarse para cerrar las puertas de salas y recintos festivaleros a esta subfauna socio-ilógica… una de las muchas gratas sorpresas de esta jornada inaugural fueron los franco-británicos DBFC, que hicieron bailar a la sala grande con su electro-pop oscuro de ciertos dejes de garaje. De las cenizas de The Saurs han nacido Medalla, que enloquecieron a los jóvenes seguidores de las primeras filas, que casi empalmaron los pogos de su concierto con el de los posteriores Flat Worms: el guitarra y voz Will Ivi, el bajista Tim Hellman (Thee Oh Sees), y el batería Justin Sullivan (The Babies o Kevin Morby) sonaron contundentes, veloces y crudos, y fueron el final de nuestra jornada inaugural que no pudimos alargar más por nuestras obligaciones laborales del día después. Sea como sea, balance muy positivo para un festival que sigue siendo una magnífica oportunidad de abrir mentes y oídos a nuevas propuestas de un futuro más o menos próximo. Y sí, tengo que admitir que en algún momento de la noche hubiera deseado poder teletransportarme a Madrid para asistir al concierto sorpresa de mis admiradas The Breeders del ‘Unexpected Primavera’.
(Puedes encontrar también en esta web las crónicas y fotogalerías del festival del sábado y la del domingo)