Dicen que harán diez discos en diez años y desparecerán. De momento van por el octavo en ocho años. Las cuentas cuadran. Muy a mi pesar parece que Las Ruinas tienen fecha de caducidad. Esperemos que se alargue. Por lo pronto exprimamos el número ocho todo lo que podamos. De nombre Latidos Cósmicos (27/11/17) estamos ante otro trabajo impecable de los barceloneses, otra nos vez sorprenden con una colección de canciones que funcionan cada una por sí solas.
Empiezan con guitarras distorsionadas y enérgicas en Me Manifiesto y Señoras Que Miran Mal y enseguida respiras la esencia del grupo, y es que ponerles una etiqueta sería totalmente desacertado, ya que si bien es cierto que se intuyen muchas influencias en su música, esto desemboca en un sonido particular y propio indiscutiblemente reconocible. La sorpresa llega pronto, en el tercer corte, Viva La Resolución, dan una vuelta más a la manivela de su creatividad y hacen un claro guiño a Kiko Veneno. Aunque también me recordó inmediatamente a Todo Acerca Del Cariño de Sr. Chinarro. El primer despunte se presenta en Cambiar, y me resulta inevitable establecer un paralelismo, quizá no tanto en el sonido y en la letra, pero sí en espíritu, con la maravillosa Secundarios Del Mundo, uníos! de su segundo trabajo Disco De Autoayuda Para Mutantes. Dos temas que deberían ser himnos.
Lo estoy haciendo bien posee un reef afilado y es un llamamiento al optimismo en cuanto a las cuestiones personales y Un Ramo de Besos con una línea de bajo repetitiva e hipnótica y una guitarra más suave, sirve de oasis para recuperar el aliento antes de otros dos pildorazos que hinchan la vena punk de cualquiera. Descargas eléctricas veloces y potentes. El primero, No Hay Dinero, habla de política, de eso de “unos tanto y otros tan poco” que es tan verdad como que la Tierra es redonda. Y el segundo Foodtruck, un vistazo al abismo haciendo de anfitrión de la Fiesta del Fin del Mundo desde uno de esos camiones de comida que están tan de moda. Subcontratas Culturales afila de nuevo el cuchillo de los reefs, y aunque menos intensa, podría ser la continuación natural de No Hay Dinero. Y después, una canción que debería ir envuelta para regalo, Rey Merluza. Una canción acogedora y un tanto melancólica. Una canción para disfrutar bajando las pulsaciones al nivel del tempo y sumergirte en un dulce letargo, que se alarga con Cerca Del Sol, un tanto más densa que el resto, con un bajo oscuro y guitarras sucias que invitan a un viaje por el cosmos. Pero todo tiene un final, y como toda buena historia esta tiene un Final Feliz, quizá la más armoniosa del disco, la que más se acerca al pop, eso sí, sin perder el toque personal del grupo.
En definitiva, un disco que confirma una vez más que este trío solo firma trabajos que contienen hits de principio a fin. Pese a que estos doce Latidos cósmicos nos acercan al ataque de miocardio final, por el momento son una nueva inyección de adrenalina directa al corazón, como la de Vincent Vega a Mia Wallace en Pulp Fiction. Y solo me queda decir que si existiera una fabrica de singles, sin duda alguna, se llamaría Las Ruinas Singles Factory, o algo así.
Alex Panda