Resaca emocional tras lo vivido anoche en la tercera y última jornada del Festival Cruïlla de Barcelona. O, mejor dicho, tras la hora y cuarto de belleza absoluta y sublime de David Byrne en el escenario Cruïlla Enamora… mejor nombre, imposible. Y es que el que fuera líder de una banda tan revolucionaria como necesaria en la historia de la música como Talking Heads bien vale la entrada de día del festival barcelonés.
Difícil explicar lo que sucedió anoche en un escenario que se quedó pequeño. No resulta fácil ponerle palabras a un espectáculo, más que concierto, que va más allá de la música. Rock, danza, performance, ritmos tribales… y elegancia. David Byrne lleva años investigando y difundiendo la World Music y anoche, en Barcelona, demostró ser el mejor embajador posible. Él, que se inicio en la contracultura, el postpunk y la rebeldía. Si no pudisteis verlo, por favor, buscad en Internet. Desde anoche, servidora solo puede pensar en una cosa: envejecer con esa serenidad y sabiduría que emana Byrne.
Jornada del sábado

David Byrne, no obstante, no fue lo único ni de la noche ni de los tres días de un festival que volvió a cumplir con las expectativas tanto sobre los escenarios como fuera de ellos. En días en los que se polemiza y debate sobre el exceso de público en conciertos y festivales -lo sucedido en el Madcool es digno de investigación casi paranormal-, el Cruïlla volvió a demostrar que menos es más. Espacio para todos, áreas de descanso y sin grandes aglomeraciones para ver, por ejemplo, a The Roots, uno de los grupos más representativos de la música negra de Estados Unidos. Una leyenda que va por libre y que conquistó al público con su mezcla de hip hop, soul y funk en el escenario principal.
Entre repostaje y repostaje, Nuria Graham y su delicadeza en la Carpa Movistar. Allí también disfrutamos de una de las mejores voces de la generación indie como es la de The New Raemon. Escenario perfecto para unas 500 personas. Una demostración de que no todo tiene que ser multitudinario en un festival. Eso sí, la hora -a las 1.30h de la noche- fue algo extraña para la música de Ramón. Pero ya se sabe, en un Festival a veces suceden estas cosas. También solapes, los que nos impidieron disfrutar del concierto de Ben Howard, que se retrasó media hora, o del show completo de Izal. Otro de los cabezas de cartel. Después, Justice como fin de festival.
Jornada del viernes

Eso el sábado. El viernes comenzó mucho más pronto para el comando Indie Lovers. Pharrell Williams y N.E.R.D. encendieron el escenario principal a eso de las 20.15h de la tarde. El sonido, algo distorsionado, no evitó la euforia de los allí congregados, que lo dieron todo bailando ritmos que hacen imposible no sonreír y ser feliz. Lori Meyers, con un repertorio que empieza a necesitar alguna novedad en su estructura, Prophets of Range o Damian Jr. Gong Marley fueron algunos de los grupos de los que pudimos disfrutar. Entre tanto cabeza de cartel, nuestra primera visita a la Carpa Movistar para ver a Mi Capitán y su rock elegante y sofisticado. Ya sabéis, uno de esos grupos de cabecera que tenemos por aquí. También cayeron Nudozurdo.
Charlas con unos y otros, brindis, risas… y fin de fiesta con Bomba Estereo y su electrocumbia. Dolor de pies tras una hora caminando para llegar a casa, pero una sonrisa de oreja a oreja. Pensad que ya veníamos de haber disfrutado con el guitarreo de Jack White y la clase de Bunbury en la jornada inaugural de un Cruïlla que, por primera vez, se atrevía a abrir un jueves. Hoy, sin embargo, nos sentimos algo huérfanos al faltarnos esos dos conciertos que solían ofrecer los domingos por la tarde en un ambiente casi familiar que permitía cerrar un fin de semana redondo antes de volver a trabajar. Pero no pasa nada. Somos felices. Seguimos en una nube con David Byrne y con la sensación de que el Cruïlla es de esos pocos festivales en los que uno tiene la sensación de haber disfrutado, de verdad, de la buena música sin la necesidad de sentirse sin respiración.
El año que viene, más y mejor… en Indie Lovers somos unos enamorados del Cruïlla.