Hacía poco más de un año de la muerte de Kurt Cobain, y parecía que no podría haver vida después de Nirvana para sus componentes supervivientes. Pero Dave Grohl tenía que demostrarle al mundo que no era sólo el batería de la banda más impactante de su generación. Y se sacó de la manga a los Foo Fighters, que básicamente eran él tocando todos los instrumentos y cantando, con la aparición del mismísimo Greg Dulli en ‘X-Static’. Y menuda tarjeta de presentación se sacó de la manga el hasta entonces conocido únicamente como batería de Nirvana. “Esta es una llamada a todas mis renuncias pasadas”, cantaba en la inicial ‘This Is A Call’, y la hacía a gritos. ‘I’ll Stick Around’ era una joya-regalo para todos los fans de su banda anterior que se movía en agresivos riff de rock alternativo, pero luego te rompía la cintura con una deliciosa melodía pop (‘Big Me’) y se quedaba tan ancho. El álbum se movía básicamente en guitarras incendiarias, pero también había momento para otro momento sorprendente (‘All The Cows’), sellando un debut que iba a ser sólo el inicio de una sólida carrera y una reputación completamente merecida.
Y como hacemos siempre, recuperamos un concierto de Foo Fighters en aquél lejano 1995. Concretamente, el que dieron en el mítico Brixton Academy de Londres el 15 de noviembre de 1995 (dos años después, les veríamos en la sala Zeleste de Barcelona):