Darren Hayman (Heliogàbal, 23/12/21)

Darren Hayman (Foto: Jordi Trenzano)

Los responsables del Minifestival de Música Independent invitaron a Darren Hayman para presentar la programación de su vigésima séptima edición, a celebrar en 2022 (25 y 26 de marzo. Cartel y entradas ya en su web). Que al inicio de la velada sonaran “Vitamin C” de los CAN, “Oscillations” de los Silver Apples y “Hurdy Gurdy Man” de Donovan por los altavoces del Heliogàbal hacía presagiar buenas vibraciones. A pesar de pasaportes Covid, reducción de afluencia al 70%, mascarillas y distancias de seguridad, se respiraba buen ambiente. Había expectativas para disfrutar en directo del máximo responsable de Hefner.

Darren Hayman (Foto: Jordi Trenzano)

El líder de la mítica banda londinense se presentó solo, con su voz y una guitarra eléctrica, una Fender Telecaster. Un locuaz Hayman presentó todas y cada una de las canciones con entusiasmo y buen humor, explicó anécdotas y meditó sobre la escena musical. Se refirió a su vinculación con la ciudad de Barcelona, visitada en cuatro ocasiones el último año, poco antes de interpretar numerosos temas de un reportorio intimista y conspicuo. Tras dos canciones publicadas bajo su nombre cantó un primer tema de Hefner: “The Hymn for the Alcohol”. La ausencia de bajo y batería no mermó el impacto emocional de una canción ciclotímica que sirvió para despejar dudas: “¡sí, tocaría temas de Hefner!”.

La inspiración que su grupo insignia extrajo del indie-rock norteamericano de los años noventa se podía deducir escuchando su repertorio más energético. El cuarteto transmitía la inmediatez y el nervio de bandas como Pavement, Yo La Tengo o Guided by Voces pero también se decantaban por la reflexión y la serenidad. Esto último es precisamente lo que Hayman ofrece en solitario. Cantando composiciones de discos recientes como Home Time (2020), I Can Travel Through Time (2021) o el nuevo EP Actually I Still Really Really Miss You (2021), el londinense envolvió el ambiente con un tono pausado, en ocasiones algo nostálgico. En cierto momento, durante canción y canción, habló sobre el éxito refiriéndose a su carrera musical, según él en progresión ascendente. La dificultad por mantener el nivel creativo de una época pasada relevante es un hecho que parece caracterizar su trayectoria. A pesar de ello insistió: “mi trayectoria artística va a mejor”.

Darren Hayman (Foto: Jordi Trenzano)
Darren Hayman (Foto: Jordi Trenzano)

Su interpretación vocal sigue siendo precisa, el sentimiento que desprenden sus movimientos también, las letras denotan tanto su afán de curiosidad como su humor inglés. Si hay un tema recurrente en su lírica es, sin duda, el de las relaciones de pareja. Pero también demuestra inquietud sobre temas urbanos, el ruido o el poder de las redes sociales. De hecho fue una circunstancia relativa a este último ámbito (el anuncio de la muerte de Lou Reed en su cuenta de Twitter) la que desencadenó el tramo más memorable del directo. Fue entonces cuando sonaron algunos de los hits más recordados de Hefner. “Al fin y al cabo es lo que habéis venido a escuchar”, afirmó.

“The Sad Witch” sonó divina. A uno casi se le saltan las lágrimas, sin exagerar. Hacía casi veinte años que no la escuchaba y cuando una canción vuelve de nuevo después de tanto tiempo, arrastra con ella múltiples recuerdos, todos juntos, de golpe. Mil imágenes condensadas en un solo tema y el directo del festival Isladencanta 2001 en el horizonte. Múltiples giros melódicos en un final que sintetiza una época. “A Hymn for the Postal Service” también hizo acto de presencia. “The Greedy Ugly People” cerró de modo entrañable un concierto emotivo y eficaz. Con la última canción hizo partícipe a un público selecto que coreó sus últimos versos, no como “indie kids” sino como personas entregadas a la música. Se hubiera agradecido poder escuchar otras canciones de esa trilogía de discos formada por Breaking God’s Heart (1998), The Fidelity Wars (1999) y We Love the City (2000). En cierto modo siempre quedará como remedio la opción de descubrir las decenas de bonus tracks que se amagan en las reediciones que el propio Darren Hayman gestionó de todos.

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Cine, música y artes visuales son las tres disciplinas que más me llaman la atención. Cuando se entrecruzan libremente, más enigmáticas e inquietantes me parecen. De adolescente fui fan de Pink Floyd, R.E.M. y Sonic Youth. En mi reproductor suenan muy a menudo CAN, Talking Heads, Tom Waits y Stereolab. También el jazz de los ’60, el rock alemán de los ‘70, el pop independiente de los ’80 y la electrónica de los ’90. He colaborado en diversos medios escritos sobre música y cine, especialmente de vanguardia y experimental.

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